En su estado de inconsciencia, Yuuri se sentía en otra dimensión, una completamente opuesta al mundo que conocía. Un mundo donde sus padres lo amaban incondicionalmente y no lo veían solo como una fuente de dinero. Un mundo donde no lo despreciaban por ser un Omega. Un mundo donde podría bailar por siempre, haciendo música con los movimientos de su cuerpo y deleitándose a si mismo al hacer lo que más amaba. Un mundo donde podría encontrar una pareja que lo ame inmensamente, que lo cuide y que le sea fiel. Aquella persona a quien podría entregarle todo su ser. Yuuri estaba en su propio mundo, un mundo perfecto, del cual, tarde o temprano, tendría que salir.
Las sensaciones que llenaban a Yuuri dentro de la inconsciencia eran totalmente opuestas a las sensaciones del mundo real, Yuuri sentía una tranquilidad arremolinándose en su pecho, una calidez que lo envolvía de forma protectora y que lo hacía olvidar todo aquello que había sucedido, haciendo parecer no más que una pesadilla, un mal sueño que no volvería, que solo estaría presente en su vida unos momentos, pero que luego podría volver a la normalidad. Pero Yuuri no sabía que aquella pesadilla era real, que podría gritar, suplicar y llorar, pero nadie lo ayudaría, esa era su realidad.
Cuando Yuuri despierte, no habría nadie quien logre remendar los retazos de su corazón roto.
Mila estuvo yendo a casa de Viktor cada día durante un mes, revisando a Yuuri y curando sus heridas. Y ante cada día, la Alfa de daba cuenta del cambio de olores que segregaba el Omega. Tenía un olor ácido, producto de que su organismo estaba rechazando la cercanía de cualquier persona, pero debajo de aquel olor, había uno que era suave, muy pocas veces Mila logró sentirlo, y fue cuando apenas entraba a revisar a Yuuri y Viktor se hallaba lejos también, lo cual no ocurría siempre. También sintió un tercer aroma, más este no era enteramente del Omega. Quizás esto fuese una bendición o una maldición o una bendición, no lo sabía, pero ya no había vuelta atrás, y Yuuri tendría que cargar con el peso del constante recuerdo de la persona que abuso de él.
Mila miró con pena al Omega, estar embarazado de la persona que abuso sexualmente, no era algo fácil, y aunque la pelirroja no conocía esa sensación, tenía la suficiente empatía para saber que aquello no sería fácil en lo absoluto. Aquel cachorro, aunque fuese inocente, sería un constante recuerdo, uno que Yuuri decidiría si conservar o no.
Viktor por su parte, tenía el humor igual o peor que antes, le molestaba en demasía que hubiese gente en su hogar, invadiendo su territorio, más su parte humana y racional lo obligó a aguantar hasta que el Omega despierte para echarlos de su cabaña. O al menos, ese era su primer plan, hasta que sintió el aroma del Omega luego de unas semanas, no era un aroma que estuviese enteramente ligado al muchacho, era uno que no era propio, pero que se entrelazaba en armonía con este. Viktor supo que aquel muchacho, de quien aún desconocía su nombre, sin duda viviría un infierno cuando supiese que cargaba un cachorro de la persona que lo violó. Aquel aroma lo molestaba y relajaba a la vez. Era como un llamado que pedía ayuda y cariño. Ayuda para su madre, que estaba en un estado de inconsciencia, y cariño, ya que este no sabía de su existencia, quería recibir el calor maternal y paternal. Más Viktor no era su padre, y eso tenía que tenerlo claro ese cachorro aún no nacido. Por lo cual, Viktor segregaba sus feromonas de Alfa, rechazando cualquier llamado que hiciese ese bebé dentro del muchacho de cabellos negros.
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Salvation 《Omegaverse》#YoIceAwards
Fanfiction『AU/Omegaverse』 🌸 ❝ Les contaré una historia que sucedió hace mucho tiempo, una historia con tragedias, amor y superación. Todo empezó cuando el Invierno y la Primavera se conocieron.❞ 🌸 🌸 Primer Arco: Corazón de Ágata 【1 - 16】 🌸 Segundo y últim...