Su despertar, contrario a como hubiera sido predecible, había sido muy calmado. El Omega poco a poco abrió los ojos, desorientado se incorporó sentándose en la cama, reconociendo la habitación de Viktor de inmediato. Las lágrimas empezaron a aflorar por sus ojos al recordar el sueño que había tenido, el simple hecho de estar en la habitación de Viktor le hacía darse cuenta de que todo lo que había vivido era real, que Mila y Sala estaban junto a él, que había tenido una hija y vivía en aquella cabaña junto a Viktor. No como en ese sueño, donde vivía en Japón junto a sus padres y su hermana, donde era un bailarín de ballet reconocido y admirado por muchos, era un sueño horrible y hermoso a la vez, parecía que era solo un sueño que quería torturarlo, uno donde no estaba ninguna de las personas que conocía actualmente y apreciaba, y sobre todo, un mundo donde no estaba su cachorra.
¿Dónde estaba ella?
Se llevó una mano a su vientre, notando que ya no había nada dentro, sólo su piel y gordura que había quedado debido al embarazo, y un ligero dolor. Se levantó con cuidado, ya que las piernas le dolían, al igual que su coxis, supuso que esto era debido al parto. Se apoyó en la pared para caminar, saliendo de la habitación del Alfa, notando cerca el aroma de este junto a uno muy suave cuando estuvo en el umbral de la puerta.
Poco a poco se acercó a la cocina, donde escuchó leves gorgoteos infantiles. Al ver en el interior de esta, pudo ver a Viktor apoyado en la mesa del pequeño comedor y cargando a su bebé, mirándola con una expresión neutra mientras la mecía levemente a la vez que la pequeña cachorra tenía uno de los dedos del Alfa atrapados en sus pequeñas manitas y miraba curiosa al hombre de cabellos platinados.
—Hace un rato comió, pero no quiere dormir aún — habló de repente, provocando que el Omega se sobresalte levemente.
Yuuri poco a poco se siguió acercando, el Alfa sólo desvió sus ojos a los de la bebé cuando el Omega estuvo frente a él.
—Qu-Quiero cargarla... — pronunció, viendo el bulto en brazos del ruso.
El Alfa no se negó, y extendiéndole a la bebé, el japonés sostuvo a su cachorra con sumo cuidado, delicadeza y amor. Observando sus lindos ojitos grises mirando atenta al azabache y sus suaves cabellos negros cubriendo su pequeña cabecita.
—Es tan... hermosa... — El Alfa tuvo que sostener al Omega de la cintura cuando parecía que este perdía fuerzas en las piernas ante la conmoción de cargar a su hija, para luego ayudarlo a sentarse en una de las sillas del comedor mientras mantenía la vista en la pequeña niña.
Acarició suavemente la mejilla de la bebé, sus ojos grises observaban a su madre atentamente. Una suave sonrisa se formaba en los labios del Omega, mientras que los temores que se habían creado después de tal sueño que había tenido, después de todo, su bebé estaba ahí, en sus brazos, tan hermosa como se la imaginó y la amaba tanto, que sentía que no podría expresarlo con palabras.
—La he nombrado — habló el Alfa de repente, sin romper aquella burbuja de tranquilidad que se había creado.
Yuuri se giró levemente para verlo.
—¿La nombraste? ¿Cómo? — preguntó algo confundido, no se sentía molesto, pero... eso era algo que debía hacer él mismo, ¿verdad?
—Katrina — respondió, observando atentamente al Omega, quien parpadeó confundido ante aquel nombre.
—¿Puedo saber por qué ese nombre? — preguntó suavemente, meciendo levemente a la pequeña cachorra.
Viktor pareció dudar un poco, y Yuuri, casi pudo jurar que vio un destello de tristeza y sintió la nostalgia en el perfume del Alfa... casi.
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Salvation 《Omegaverse》#YoIceAwards
Fanfiction『AU/Omegaverse』 🌸 ❝ Les contaré una historia que sucedió hace mucho tiempo, una historia con tragedias, amor y superación. Todo empezó cuando el Invierno y la Primavera se conocieron.❞ 🌸 🌸 Primer Arco: Corazón de Ágata 【1 - 16】 🌸 Segundo y últim...