🌸10: Demencia

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Aquella revelación de parte de Mila había provocado cierta reacción en Yuuri, que ni el Omega podría explicarla. Las medicinas debían calmarlo y ayudarlo con su problema, pero el sólo oír el nombre de Guang saliendo de la boca de Mila era algo que lograba alterarlo y se tensaba al saber que la Alfa conocía a uno de los Omegas que estuvo con él cuando estuvo cautivo en el burdel de Adrik.

La Alfa tenía una sospecha sobre cómo reacciono el Omega en un primer momento, se quedó callado, para luego reír nerviosamente, aunque también con una combinación de terror en su tono de voz, y finalmente dijo algo con respecto a lo cruel que era la vida.

Mila sabía que Yuuri no era mentalmente estable, y aunque a veces el cachorro que crecía dentro de él era como un ancla que lo mantenía en el mundo real, aquella reacción no era propia de cómo el japonés había asumido lo que había sucedido con él. La situación era simple y clara, Yuuri quería evitar recordar lo que había ocurrió y a quienes había conocido desde el momento que dejo el ballet de Bolshoi y empezó a ser forzado bajo el mandato del Alfa ruso.

En sueños Yuuri podía volver a vivir aquellos tiempos en los que sentía que el aire le faltaba, que sus manos estaban encadenadas y sus pies imposibilitados para poder huir de aquel infierno. En aquellos sueños Yuuri podía ver dos desenlaces de aquella noche fatídica, la primera era la real, su cuerpo era abusado una y otra vez por Adrik, en un bucle infinito del que no podía escapar a menos que despertase. En el segundo desenlace era algo más... tranquilo, si se le podía llamar así.

Aún recordaba las palabras de Sala, cuando la Omega italiana le dijo que el japonés podía encontrar refugio fuera de aquel sitio, pero ellos no, no tenían a nadie más que a ellos mismos y la sociedad rechazaba a Omegas que hayan sido profanados del modo en el que ellos habían sido abusados.

Nadie quería a un Omega sucio como lo eran ellos.

Podía ver como Sala, Michele, Guang y él mismo eran rechazados por todos, forzados a irse nuevamente, vagar por las frías calles de Moscú rogando por encontrar algún animal muerto o restos de comida en la basura para tener algo que comer y durmiendo en los callejones intentando resguardarse del frio con la basura, aun con los harapos que tenían puestos. Era una realidad cruda y fría, pero que estaba presente, puede que no con ellos, no con él o Guang, pero seguía siendo la realidad de alguien más.

Así de cruel era el mundo.

El despertar no era muy diferente, siempre terminaba abriendo los ojos más de lo normal y levantándose bruscamente mientras respiraba agitadamente al sentir como si hubiese dejado de pasar aire por sus pulmones mientras dormía.

Ni Viktor, ni Mila tenían porque enterarse de aquello. Y si de alguna forma llegasen a saberlo, a Yuuri sólo le restaba fingir demencia.

Desde su primer celo y el de su hermano, habían sido forzados de una manera terroríficamente irónica

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Desde su primer celo y el de su hermano, habían sido forzados de una manera terroríficamente irónica. Adrik los había nombrado Gemelos Purpura, debido al exótico color de los ojos de ambos hermanos, eran vestidos con prendas realmente diminutas y bailaba en jaulas frente a aquellos Alfas que luego abusarían de ellos.

Salvation 《Omegaverse》#YoIceAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora