『AU/Omegaverse』
🌸 ❝ Les contaré una historia que sucedió hace mucho tiempo, una historia con tragedias, amor y superación. Todo empezó cuando el Invierno y la Primavera se conocieron.❞ 🌸
🌸 Primer Arco: Corazón de Ágata 【1 - 16】
🌸 Segundo y últim...
— ... ri... uuri... Yuuri — el suave llamado de una cálida voz llegó a los oídos del Omega, quien parpadeo despertándose poco a poco.
El japonés se incorporó, enfocando la vista y notando que ya no estaba en Rusia, sino en su hogar en Japón. ¿Cómo había llegado ahí? Al ver quien había llamado a su nombre, se sorprendió al ver a su madre frente a él. Mas aun, ver una sonrisa cálida y mirada amorosa en los ojos de esta.
— Yuuri, menos mal despiertas — habló la mujer, Hiroko Katsuki — Llegaras tarde a tu presentación si continúas durmiendo, vamos — Yuuri parpadeo confundido, siendo levantado por su madre quien empezó a guiarlo al baño.
— ¿Presentación? ¿De que presentación hablas? — preguntó confundió, siendo empujado por su madre al baño.
— ¿Cómo que cual presentación Yuuri? ¡La que tienes hoy! Tu eres el príncipe, ¿No lo recuerdas? Tú y Yuko son los protagonistas del lago de los cisnes — Yuuri ensanchó los ojos, aquella presentación había sido para la que había estado practicando antes de ser secuestrado, ¿Cómo era aquello posible?
— P-pero... madre... — intentó preguntarle a su madre, pero ella sonrió suavemente, quitándole el aliento al Omega.
— Mi niño, no debes preocuparte, todo saldrá bien, eres el mejor bailarín. Tu padre y yo estamos orgullosos de ti — Yuuri sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos, ¿Por qué su madre actuaba así? A ella y a su padre siempre les desagrado que él quisiera ser bailarín de ballet.
Confundido se miró en el espejo del baño, sorprendiéndose al notar que las pequeñas cicatrices que antes no estaban, su piel volvía a ser del blanco inmaculado y sus ojos habían dejado de lucir apagados y sin brillo. Volvía a ser el de antes, pero...
— Mamá... ¿Dónde están Mila y Sala? — preguntó temeroso.
Hiroko frunció el ceño, confundida.
— ¿Quiénes?
— Mila Babicheva y Sala Crispino, ¿Dónde están? — preguntó empezando a asustarse.
— Yuuri, tu nunca has conocido a esas personas.
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Había transcurrido un largo tiempo, Mila y Sala continuaban sin salir de la habitación del Omega y Viktor tenía a la bebé del japonés en brazos. Por el momento parecía tranquila ya que había estado en brazos de su madre, pero pronto le daría hambre y continuaba con restos de sangre encima.
Viktor miró a la bebé, quien tenía las manos echas puños y soltaba leves balbuceos y se removía levemente entre las mantas. Había que limpiarla y ponerles la ropa, pero no sabía cómo. No podía meterla a la ducha, era muy pequeña y se ahogaría. Suspiró y fue a su habitación, dejando a la pequeña niña sobre su cama y poniendo unas almohadas a su alrededor para que no se moviese y hubiera el peligro de que se cayera de la cama.
