Salvation 《Omegaverse》#YoIceAwards

🌸18: Lo que siento por ti

Lo primero que ambos oyeron al día siguiente, fue el lloriqueo de Katrina que acababa de despertar y llamaba a su madre entre sollozos infantiles. Aun adormilados, Yuuri se separó del abrazo en el que Viktor y él se habían fundido mientras dormían y se levantó para coger en brazos a su cachorra y calmar su llanto. Viktor se incorporó levemente en la cama mientras bostezaba y observaba como Yuuri volvía a la cama, esta vez con la pequeña niña de cabellos negros en brazos.

— Ya ya... ¿tienes hambre amor? — le hablaba el Omega a su hija, la pequeña gateo en la cama, acostándose al lado del Alfa de cabellos plateados y asintiendo levemente mientras frotaba uno de sus ojitos.

— Iré a preguntar si tienen leche para Katrina — ofreció Viktor, Yuuri asintió y se acostó al lado de la pequeña mientras el ruso se levantaba, desperezándose levemente antes de salir de la habitación.

Yuuri suspiró profundamente, asimilando el que había pasado la noche durmiendo junto a Viktor. Realmente no fue algo del otro mundo, pero nunca pensó que el Alfa y él serían tan íntimos como para compartir cama. Sus mejillas se tiñeron de un leve rojo al recordar que se habían abrazado, pudo sentir el calor del Alfa y como este lo mantenía fuertemente sujetado mientras dormían.

¿Cómo podía tomar aquello? Es decir... Viktor y él eran amigos, quizás mejores amigos debido a que habían aprendido a conocerse de manera lenta y tranquila conforme avanzaba el tiempo que estaban viviendo juntos. Pero nunca consideró lo que realmente sentía por Viktor. Aunque, a decir verdad, Viktor no era del tipo de personas que demostraban sus sentimientos de forma clara, aunque él tampoco era muy diferente, quizás un poco más abierto que el ruso, pero no entraba en confianza tan fácil y mucho menos dejaba que los demás pasen el muro que había levantado sobre su corazón para evitar que continúen lastimándolo.

Decidió dejar de pensar en eso cuando el Alfa volvió a entrar a la habitación, esta vez con un biberón en la mano. Le agradeció y le dedicó una pequeña sonrisa antes de darle a Katrina el biberón, ayudándola a sujetarlo y observando como esta bebía con hambre.

— ¿Has visto a Mila cuando saliste? — preguntó el Omega luego de unos segundos, despegando su vista de la pequeña Alfa para ver al hombre de cabellos plateados.

Este negó levemente.

— Es muy temprano aun, quizás siga durmiendo — respondió volviendo a acostarse en la cama — Debemos irnos pronto, hay que ir a buscar una posada y también a que te hagan tus exámenes — habló nuevamente, acomodándose para quedar acostado de lado y mirando como la niña terminaba de beber la leche.

Yuuri suspiró nuevamente. Maruska había dicho que para ese tipo de cosas iba a tomar algo de tiempo, así que tenían que empezar lo más pronto posible los exámenes de Yuuri para que el papeleo se agilice y puedan tener el certificado lo más pronto posible. Además de que debido a que ayer no habían ido a la posada que pidió Mila, habían perdido la reserva y probablemente le hayan dado las habitaciones a alguien más.

El plan era simple, agradecerle a Sonechka por dejarlos pasar la noche en su hogar, ir a que Yuuri de sus exámenes médicos y luego ir a buscar una posada. Cuando terminen los exámenes de Yuuri volverían a San Petersburgo y empezarían a buscarle trabajo.

Después de que Viktor fue nuevamente a su habitación para cambiar su ropa de dormir por una de diario, fue en busca del Omega y su cachorra, quienes también estaban vestidos y Yuuri terminaba de guardar sus pertenencias en la valija que había traído consigo. Una vez fuera fueron en busca de Mila, quien sorpresivamente se encontraba en el salón conversando animadamente con el Omega ruso, los tres se acercaron, llamando la atención de ambos.

— Ya tenemos que irnos abuela — habló el Alfa de cabellos plateados una vez estuvieron frente a Sonechka.

— ¿Tan pronto? — preguntó el anciano levantándose de su sillón — Apenas llegaron ayer — replicó.