🌸 20: ... labios dulces

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Ninguno supo cómo llegaron a aquel momento, los sollozos habían parado, los besos habían culminado y las lágrimas se habían secado sobre sus mejillas. El único sonido que llenaba la habitación era el fuego crepitando en la chimenea, ambos estaban al pie de la cama, envueltos en mantas sobre la alfombra mientras miraban las llamas consumiendo la madera.

Habían formado un pequeño nido juntos. Alfa y omega se encontraban abrazados, el ruso mantenía al japonés envuelto de manera protectora entre sus brazos, no deseando dejarlo ir, deleitándose con su aroma dulce y flores recién nacidas, igual a la primavera. Mientras que el azabache se aferraba al hombre de cabellos plateados, aspirando su fragancia fresca y a pino, aquel inigualable al invierno.

Su pequeña cachorra —sorprendentemente— aún se encontraba durmiendo, siendo protegida por las almohadas a su alrededor para evitar caerse de la cama. La mente de ambos era un revoltijo de pensamientos, y su corazón un remolino de emociones.

¿Cómo romper el silencio en el que ambos se habían sumido cómodamente?

— Estoy enamorado de ti.

Azul con café chocaron, uno sorprendido y el otro decidido. Viktor era alguien de pocas palabras, pero si era estrictamente necesario, habría dicho en voz alta que estaba enamorado de Yuuri y lo habría dicho sin ningún problema. Pero sorprendentemente, quien había hecho esa confesión fue el japonés, quien no titubeo a la hora de declarar sus sentimientos y destilando seguridad en sus emociones a través de la mirada que le dedicaba al ruso.

Viktor apretó sus labios en una fina línea, rompiendo en contacto visual solo para acomodar mejor al omega entre sus brazos, subiéndolo a su regazo y abrazándolo con fuerza por la cintura mientras escondía su rostro en el cuello. El japonés abrió los labios para decir algo, pero pronto volvió a cerrarlos al notar aquello que el alfa le decía silenciosamente.

"También estoy enamorado de ti"

Los latidos de su corazón eran acelerados, lo suficiente como para que Yuuri pudiese sentirlos con sus pechos unidos debido al abrazo en el que se habían fundido. Era casi mágico, dulce y único. Una sensación única y que ninguno podía comparar con algo que hubiesen vivido antes.

Eso era estar enamorado.

En un acto de valentía y correspondiendo a los sentimientos del ruso, Yuuri elevó los brazos, envolviéndolos en el cuello de Viktor y enredando los dedos en sus hebras plateadas, acariciando estas con suavidad y cerrando los ojos a la par que él.

¿Qué tenían que hacer ahora? El sentimiento empezaba a abrumarlos, el amor hacia el otro ya había sido confesado, pero ¿aquello iba a cambiar algo? ¿se volverían pareja? La sola idea de lo que conllevaba la palabra "pareja" hacia que Yuuri se sonrojase y que Viktor se removiera incómodo y nervioso.

¿Qué sabían ellos sobre tener una pareja?

Yuuri había estado concentrado toda su adolescencia en el ballet, luego ocurrió su secuestro y tuvo a su hija. Nunca había tenido pareja. Mientras que Viktor... él había tenido otros intereses a lo largo de su vida como para tener una pareja, al menos una pareja seria.

Pero por algo debían empezar.

— Viktor — llamó suavemente, separándose lo suficiente como para poder sostener el rostro ajeno con ambas manos y mirarlo a los ojos—. Quiero conocerte — declaró.

El ruso alzo una ceja, confundido.

— Ya me conoces Yuuri — respondió, siendo esto cierto hasta donde sabia el hombre de cabellos plateados, pero frunció el ceño cuando el japonés negó suavemente.

Salvation 《Omegaverse》#YoIceAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora