Al final me dio tiempo a organizar todo el salón, me quedan muchas mas cosas pero bueno poco a poco. Ahora tengo que arreglarme, ya que dentro de poco va a llegar Broklyn y no quiero hacerla esperar mucho tiempo, así que me fui directa a mi habitación. Busqué en mi maleta algo que me gustase y me decidí por unos pantalones negros rotos, unas converse blancas, una camiseta blanca y una chaqueta tipo militar, sencilla pero siempre con mi estilo. Antes de nada me fui a duchar, me sentía realmente sucia después de haber ordenado todo el salón, la ducha estaba igual de caliente que siempre y con ese agradable tacto cayéndose sobre mi piel. Al cabo de media hora me salí de la ducha y fui a ver que hora era, me sorprendí mucho al ver que solo me quedaban diez minutos para prepararme, me vestí lo más rápido posible, me cepille el cabello, aunque solo fuese un simple recogido, sino no me daría tiempo a maquillarme, pero justo antes de coger mi bolso llamaron a la puerta, así que fui a abrir y ahí estaba Brooklyn tan radiante como siempre, no se como lo hace la verdad.
- ¿Lista? Se que he llegado cinco minutos antes pero pensaba que el recorrido hasta tu casa me llevaría más tiempo, lo siento. - En su cara se veía que lo decía de verdad, así que no pude evitar sonreír y le hice un gesto para que pasase.
- Si, iba a coger una manzana y mi bolso, pero ya estoy lista no te preocupes, llegaste justo a tiempo. ¿Quieres algo? Agua, comida, lo que quieras. - Todo esto se lo estaba preguntando mientras cogía mis cosas para no hacerles esperar a los demás.
- Oh no, gracias, estoy bien así. ¿Qué quieres hacer hoy?, podemos ir a una cafetería, comprar ropa o si te hace falta comprar algo, ya que me imagino que aun no habrás tenido mucho tiempo para hacer esas cosas, podríamos ir también. - Lo decía de una forma muy simpática, como si tuviese miedo al preguntarme eso, supongo que es algo tímida aunque sea muy habladora.
- Me parecen todas muy buenas ideas, Brooklyn. Pero creo que me apetece pasar a hacer la compra, porque no tengo casi nada ahora mismo en la despensa. - Lo estábamos hablando mientras íbamos hacia su coche, ya que no se encontraba muy lejos de mi apartamento.
- Pues entonces te acompañaré primero a hacer la compra y luego ya nos encontraremos con Cody y Anne en las tiendas de ropa, ¿qué te parece? Y por cierto, puedes llamarme Brook. - Iba ha decirle que no hacía falta, que podía ir sola, pero cuando vi su sonrisa no pude rechazarla.
- Claro, me parece bien. Entonces trataré de llamarte Brook desde ahora. - Ya estábamos llegando a su coche y no pude evitar fijarme en su conjunto, no era muy complejo pero le quedaba realmente bien. Un pantalón vaquero roto, una sudadera negra y unas adidas negras, pero lo que más llamaba mi atención era ese hermoso pelo rubio que caía sobre su espalda como si de una cascada se tratase. Tuve que desviar mi mirada de ella, sino me habría pillado y no sabría que decirle en esa situación.
Entramos al coche y Brook puso rumbo al centro comercial, pero yo no pude evitar ver con gran asombro todo lo que estaba pasando delante de mis ojos, los edificios tenían un estilo hermoso y muchos de ellos tenían figuras muy detalladas, los árboles y la hierba eran tan verdes que parecía que podrías olerlos con solo verlos, era simplemente increíble. No se si fue porque estaba muy concentrada o simplemente distraída, pero cuando me di cuenta ya estábamos llegando al centro comercial. En cuanto aparcamos el coche nos dirigimos al supermercado, que estaba dentro del mismo edificio donde tenían las tiendas de ropa. Íbamos recorriendo todos los pasillos de comida para coger todo lo que me hacía falta, cuando ya teníamos todo nos fuimos a la cola para pagar, pero había mucha gente así que al parecer a Brook le pareció una buena oportunidad para hablar.
- Oye Kristen, qué tal llevas las clases hasta ahora? Supongo que debe de ser diferente a lo que dabas antes. - Me quedé viendo para ella con la cabeza algo agachada, ya que era un poco más alta que ella y decidí contestarle.
ESTÁS LEYENDO
Seré capaz...
Teen FictionAcababa de mudarme a Ottawa (Canadá), y he de admitir que daba miedo, por lo que me podría encontrar, ya que era un cambio de vida y no me gustan los cambios. Nuevos amigos, nueva cultura, paisajes, etc. Todo me parecía extraño, no sabía muy bien qu...