Tan pronto llegué a casa preparé todo lo necesario para que el perro estuviese cómodo, aun no sabía su nombre pero esperaba saberlo cuando lo viese delante mía. Me preparé algo rápido para comer y luego me fui a mi habitación a cambiarme, quería algo mas cómodo y me puse unos leggins negros, un top gris, una chaqueta negra con rayas blancas y unas converse blancas, era justo lo que necesitaba. Tenía que ir a buscar a Brook, así que antes de salir de casa le mandé un mensaje.
"Salgo ahora de casa, te veo en nada. Besos."
Salí de casa y me fui directa a mi coche, quería llegar cuanto antes al apartamento de Brook, así quedaría menos para tener a mi nuevo amigo conmigo. En el coche iba escuchando "Summertime Sadness" de Lana del Rey, me encantaba esa canción, así que la iba cantando mientras conducía a casa de Brook. Cuando llegué a su edificio ella ya me estaba esperando en la calle, así que tan pronto me vio caminó hacia mi coche, pero al meterse en el se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla.
- Los besos no se mandan por mensaje, se dan en persona, son mejores. - Lo decía con una sonrisa de satisfacción en su cara, ya que no sabía que decirle.
- Toda la razón, si que son mejores. - Le guiñé un ojo a lo que ella se rió.
Me gustaba estar así con Brook pero quería tener ya a ese perrito conmigo, así que me puse en marcha y ella me iba diciendo por donde ir, ya que no sabía donde habría un sitio de mascotas. Llevábamos quince minutos de recorrido cuando Brook me indicó donde tenía que aparcar, ya que el lugar se encontraba cerca, pero no podían pasar coches. Nos bajamos del coche y yo solo seguía a Brook por donde ella iba, sino me acabaría perdiendo y ese no era el plan. Después de unos cinco minutos llegamos a lo que parecía una tienda de mascotas bastante antigua, pero me daba igual, yo solo quería entrar y ver que mascotas había.
- Dios Kristen, estás tan emocionada que pareces una niña pequeña. - Me giré hacia ella y la vi con una sonrisa que transmitía pura ternura, era la primera vez que se la veía, esta me pareció la más bonita de todas, aunque todas eran preciosas.
- Lo siento, es solo que siempre quise tener una mascota, por eso no puedo evitar emocionarme. - Puse mi mejor puchero para que me entendiese pero en cambio, me abrazó, me sorprendió mucho su reacción.
- Eres demasiado mona cuando pones esas caras, no pude evitarlo, lo siento. - No entendía sus reacciones, me dejaban conmocionada y no sabía que querían decir, pero aun así la abracé, me gustaba tenerla tan cerca.
- No te preocupes, si esta es la recompensa por poner esos pucheros, lo haré más seguido. - Le sonreí y ella solo se rió por mi ocurrencia.
Nos separamos y entramos a la tienda, tan pronto entramos vino una señora a junto nosotras. Tenia el pelo canoso y unas arrugas bastante notorias, pero me transmitía mucha ternura.
- ¿Les puedo ayudar en algo? - Nos miraba con mucha atención y luego sonrió, no sabía por que.
- Si, claro. ¿Tienen cachorros? - La veía con una mirada esperanzadora, a la misma vez pude sentir que Brook estaba muy atenta a todo lo que hacía o decía, pero no me importaba.
- Por supuesto, seguirme por aquí, por favor. - La mujer empezó a caminar y nosotras la seguimos a donde ella nos decía. Al final del pasillo estaban todos los perritos que tenía, me gustaban todos, pero no podía comprármelos todos.
- Ay, los quiero todos. No se cual quiero, tu que opinas, Brook. - Me giré hacia ella como si fuese una niña esperando para poder abrir el primer regalo de navidad. Ella solo sonreía, entonces me agarró la mano y me llevó con ella a junto todos los perros.
ESTÁS LEYENDO
Seré capaz...
Teen FictionAcababa de mudarme a Ottawa (Canadá), y he de admitir que daba miedo, por lo que me podría encontrar, ya que era un cambio de vida y no me gustan los cambios. Nuevos amigos, nueva cultura, paisajes, etc. Todo me parecía extraño, no sabía muy bien qu...