Capítulo 18.

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Era de madrugada y no entendía que hacía despierta a esas horas, yo no era de desvelarme y tampoco de levantarme temprano si no fuese por obligación, llevaba un buen rato despierta con algo rondándome en la cabeza, lo peor es que ese algo no podía ser nada mas y nada menos que mi padre, ese intento de ser humano, no entendía el porqué estaba aquí pero lo que menos comprendía era que estuviese fuera de ese calabozo cuando le habían puesto unos buenos años encima, era todo tan frustrante que lo único que sentía era decepción; decepción por no haber hecho nada, decepción por no haber tenido agallas, decepción por todo el miedo que tenía y aún tengo, eso era lo más doloroso, saber que aún tenía miedo. 

Viendo que no conseguía quedarme dormida de nuevo, decidí levantarme, revisaría si tenía todo para las clases y después me daría un baño, haber si conseguía relajarme un poco con el agua cayendo suavemente sobre mi piel. Vi que tenía todo para las clases que tendría en unas horas, así que me dirigí al baño, pero entonces pasó por mi cabeza darme un baño, ya que tenía bañera, aún tenía mucho tiempo así que eso fue lo que hice; bañarme. Cuando estuvo llena me metí dentro de ella disfrutando de la calidez del agua, eso me mantendría con la mente en blanco un buen rato y podría relajarme aunque fuese un poco, así que tal como predecía conseguí lo que quería, pero pensé que ya debía de llevar demasiado tiempo a remojo con lo cual decidí salir para así poder secarme y prepararme algo de desayunar, ya que al parecer me había relajado tanto que no me había dado cuenta de que tenía demasiada hambre, así al sentirme completamente seca me fui a la cocina, cosa que también hacía que estuviese en paz. Puse la leche en el microondas para después coger unos cereales, además de una fruta y un zumo de naranja, con eso estaría más que llena, aunque no tenía mucha hambre, pero al final lo acabé comiendo todo así que me fijé en la hora que marcaba mi reloj y vi que aún me quedaba una hora, tendría bastante tiempo para prepararme con toda la calma que quisiera, antes de nada recogí todo lo que había ensuciado y me dirigí a mi habitación para poder cambiarme, aunque para mi sorpresa había tardado menos de lo que esperaba en elegir mi ropa, una cazadora verde militar, suéter gris, pantalón negro, unas botas tipo militar marrones y una bufanda de un tono café con leche, vestirme, maquillarme un poco y por último peinar aunque fuese un poco mi pelo, cosa que realmente me sorprendió. 

Aun me quedaba media hora para comenzar las clases pero sabía perfectamente que si me tumbaba un momento en mi cama esta vez no sería capaz de levantarme en unas buenas horas, así que con toda la pereza del mundo me fui a la universidad, no demoré mucho en llegar pero viendo que aún no había nadie, sólo los profesores opté por quedarme en el coche. Esta vez si que no había nada que me lo impidiese, así que poco a poco mis ojos se fueron cerrando, hasta que por fin mi vista pudo descansar. 

Sentí unos toques en la ventanilla de mi coche y no pude evitar sobresaltarme, aunque tan pronto comencé a ver todo a mi al rededor pude apreciar que la gente comenzaba a llegar, se me había pasado muy rápido tanto que parecía que sólo había dormido unos segundo. Entonces dirigí mi mirada a mi ventanilla y ahí estaba el que se había atrevido a despertarme, con una sonrisa de oreja a oreja, a lo que no pude impedir poner mi peor cara, será idiota. Salí del coche y seguía igual, será posible. 

- Al parecer estabas en la mejor parte del sueño, Kristen. - Aún seguía con esa sonrisa en su cara que decía que estaba satisfecho con lo que hizo. - Me alegra haber sido yo el que te haya sacado de ese sitio, parecías estar pasándolo muy mal. - Se le había ensanchado aun más su sonrisa, si es que era posible.

- Idiota, estaba muy bien en ese momento, aunque si no me hubieses despertado no habría ido a clases, pero visto por ese lado tampoco sería tan malo. No se si agradecerlo o reprocharlo, Cody. - Estaba divagando pero me era imposible pensar algo con sentido en este momento, no debí de haberme quedado dormida, ahora estaba peor que en la madrugada. 

Seré capaz...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora