Me estaba despertando pero sentía algo raro, no me encontraba igual que siempre al despertarme en mi cama, esta era distinta, no era mi cama y no entendía nada ya que no me resultaba familiar, era como más estrecha, con un colchón algo más duro que el mío. Cansada ya de analizar todo, comencé a abrir mis ojos para saber de una vez en que sitio me encontraba, me costaba abrirlos, había demasiada luz para mis ojos, al final fui capaz de abrirlos y adaptarme a la claridad que había allí. Entonces me di cuenta en donde estaba, paredes blancas, olor a medicina, pijama blanco y que no era de mi talla, un hospital. No sabía que hacía allí, pero entonces me di cuenta, el día anterior me había encontrado muy mal, tanto que llegué a desmayarme, ahora empezaba a comprender todo aunque lo que no entendía era el porqué tenía un gotero de suero. Pero para mi suerte entró alguien a la habitación, era el médico, así podría sacarme de dudas o eso esperaba, me vio con una sonrisa para tranquilizarme y se acercó a mi cama.
- Buenos días, señora Roses. Soy el médico que está cuidándola, el doctor Moore, supongo que tendrá sus preguntas y dudas, ya que aun no ha venido nadie por aquí a decirle nada, ¿verdad? - Asentí, ya que era verdad, el doctor empezó a ver su libreta llena de apuntes y luego me vio a mi. - Bueno, he de decir que no es nada grave pero tampoco es algo bueno, sino no estaría aquí. Lo que ha tenido es una hipotensión, no es nada por lo que preocuparse en exceso pero sí que tiene sus cosas, los que sufren de esta enfermedad no pueden experimentar emociones fuertes, ya que implicarían una elevada actividad cardíaca y teniendo una presión tan baja el corazón latiría muy rápido, por lo tanto causaría una bajada de tensión mayor. Por esa razón, tiene que tener mucho cuidado con lo que haga, teniendo esto en cuenta siempre que vuelva a sentir los síntomas que ha sentido ayer, tiene que tumbarse y elevar los pies a unos 45º, eso debería de ser suficiente para que su presión vuelva al estado normal, pero si no resulta ser así tendría que volver por aquí para recetarle un medicamento aunque por ahora aún no será necesario. Eso es todo, señora Roses, cuídese mucho y ahora si quiere puedo dejar pasar a sus amigos, llevan toda la noche muy impacientes por poder verla. - Era mucha información para mi, pero decidí ver el lado bueno de las cosas, ya que no era una enfermedad maligna, entonces me di cuenta de que el doctor Moore seguía viéndome como esperando una respuesta por mi parte, así que me di cuenta de que aún no le había contestado, seré tonta.
- Gracias, doctor. Trataré de tener cuidado y hacerle caso a lo que me ha dicho. Y por favor, dígales que pueden pasar, me gustaría poder verlos. - Lo vi con una media sonrisa, ya que me costaba relacionarme con la gente desconocida, pero pareció entenderme ya que asintió con una sonrisa, salió por la puerta para hablar con mis amigos y poco después entraron los tres con una alegría bastante notaria en la cara, parecían haberlo pasado realmente mal, ya que tenían ojeras, aunque al fijarme en Brook pude ver que las suyas eran un poco más notables.
Se fueron acercando a mi, todos con sus sonrisas, el primero en darme un abrazo fue Anne, parecía preocupada, no me lo esperaba, la verdad. El siguiente fue Cody, el cual tenía sus ojos llorosos y me veía con gran preocupación, era tan tierno, me abrazó muy fuerte tanto que pensé que me ahogaría.
- Cody, vas a asfixiarme a este paso, estoy bien pero si sigues así empiezo a dudarlo un poco. - Él se rió por mi ocurrencia y se apartó un poco de mi para verme mejor, era el mejor amigo que podría tener.
- Estaba muy preocupado por ti. ¿Cómo se te ocurre darnos esos sustos? - Lo dice como si yo lo hubiese provocado, será idiota. - ¿Tienes idea de cómo me sentí cuando Brook me llamó tan alterada, que casi no se le entendía al hablar, para decirme lo que te había pasado? - Me veía con mucho dolor en sus ojos, no sabía que les había provocado tanto daño, pero entonces me di cuenta, Brook. - No vuelv... - No pudo acabar de hablar, porque para sorpresa de todos, Brook lo apartó de mi bastante rápido y se tiró, metafóricamente, encima mía dándome un abrazo que nunca antes me había dado, uno lleno de sentimientos ocultos; dolor, alegría, angustia, miedo, alivio y amor, llevaba tanto en ese abrazo que me sorprendió, era difíci creer que sintiese tantas cosas juntas entonces no lo pensé más y le correspondí, lamentaba tanto haberla hecho sentir toda esa angustia, era tan tierna. Entonces escuché como sorbía por su nariz, estaba llorando, así que la abracé un poco más fuerte.
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Seré capaz...
Teen FictionAcababa de mudarme a Ottawa (Canadá), y he de admitir que daba miedo, por lo que me podría encontrar, ya que era un cambio de vida y no me gustan los cambios. Nuevos amigos, nueva cultura, paisajes, etc. Todo me parecía extraño, no sabía muy bien qu...