Prófugo |Harry Styles|

Capítulo 11 "Confianza"

Sus brazos envolvieron mi anatomía, tomó mis codos mirándome a los ojos pequeñas imágenes se formaban en mi mente haciéndome estremecer.

Miro mi rostro unos segundos, después de eso, me acercó hacia él, rodeándome con su brazo.

La música pesada seguía sonando, para mi eran como zumbidos en mis oídos, ojos verdes nos llevo a la barra, donde compartió algunas palabras con el mismo hombre de hace unos momentos.

Me seque el agua que salía de mis ojos con el dorso de mi mano, sentía un vacío en mi corazón, algo nadie jamás podría volver a llenar. Ese calor y apoyo. Unos brazos me rodearon de nuevo, mi mente estaba en otro lugar, en el recuerdo. En el pensamiento de aquel día.

Ojos verdes, me dejo entrar a su auto a lo que él imito mi acción, al cerrar las puertas el coche no se movió. Mi mirada estaba puesta al frente sin lograr ver nada, eran mis pensamientos los que gobernaban en ese momento.

-¿Gwen?- la voz rasposa de ojos verdes me hizo salir de mi propio transe, volqué mi mirada, sus ojos demostraban algo, algo que no podía descifrar, aquel candado que había en su mirada me confundía. - ¿Estas bien? -preguntó con un tono de voz más dulce, sus palabras me tomaron por sorpresa, no creí que fuera a preguntar eso.

-No -susurre, si quería que el confiara en mi, tenía que hacerlo yo. Si quería conocerlo, él tenía que hacer lo mismo. Suspiro y se froto el rostro con las palmas de las manos.

-No paso nada, ¿sí? No llego a nada más, puedes vivir con eso -su voz irritada hablo. Él no podía saber, no hasta que yo le dijera.

Estaba segura que Sam, haría lo mismo que la última vez. Reconfortarme. Un sollozo se escapó de mis labios, cerré los ojos dejando que cada lágrima mojara mi rostro como quisiera. El tacto caliente toco mi mejilla, llevándose el rastro de mi recuerdos.

-Joder, ¿Y ahora qué?- preguntó intentando controlar su voz. Aleje mi rostro de sus roce, sorbiendo mi nariz. Si quería que confiara en mi, tendría que demostrarle que yo le tenía cierta confianza.

-N-necesito a Sam -dije. Otra lágrima silenciosa corrió perdiéndose con el rastro de las demás.

-¿Sabes que él no cambiaría nada, verdad, dulzura?- preguntó, mirando mi rostro. Me sentía pequeña debajo de su penetrante mirada.

-Él haría lo que hizo la última vez -susurre, mire hacia el frente, la noche estaba presente sobre la ciudad, quería analizar lo que le diría, le diría mi mayor secreto.

-¿Lo de la última vez?, maldita sea, no entiendo de que hablas -su voz sonaba pensativa y cansada, lo mire rápidamente. Admire como acomodaba su cabello castaño.

-Hace unos dos años en la fiesta de fin de curso, mi ex novio, -suspire, imágenes de lo que pudo haber sido un recuerdo grato pasaban por mi mente - Intentó acostarse conmigo, -solté una pequeña risa, para luego seguir con mi relato -Me negué, no creí que fuera un lugar apropiado. Él no pensaba en mi, sólo pensaba en lo que deseaba. Me arrastro hacia uno de los cuartos... comencé a gritar, -el recuerdo corría por mi mente como si se tratarse de una película- Parecía que nadie me escuchaba, cuando menos lo espere la puerta se abrió, Sam estaba con uno de los jugadores del equipo de baloncesto. Si no fuera por ellos, hubiera pasado a más.

Después de hablar, cerré los ojos mientras mordía mi labio, había cosas que jamás se podría olvidar con tanta facilidad. No esperaba que me dijera algo, sólo quería demostrarle que quería conocerlo a fondo y para hacer eso, tenía que haber confianza.

-Harry -su voz ronca causo un escalofrío en mi sistema, sus palabras me confundieron, creía saber a lo que se refería pero quería escucharlo de su boca.