— ¡Joder, aléjate de mí de una puta vez!
La molestia en su voz, el odio en sus ojos y la fría personalidad de ayer la hicieron despertar de un tirón. Si bien Gray Fullbuster era reconocido por su gélida naturaleza, no era falso que ayer hubiera superado sus límites al rechazar una bolsa de galletas caseras por parte de la peli-azul.
Frotándose los ojos comenzó a levantarse con un terrible dolor de cabeza; había consumido mucho más alcohol del que acostumbraba y eso le estaba pasando la cuenta. Cuando por fin logró abrir bien los ojos notó que no se encontraba en su habitación, ni mucho menos en su apartamento. Se frotó las sienes intentando recordar los sucesos de la noche anterior: luego de decidir aceptar el plan de su amiga comenzaron a festejar bebiendo como si lo que ya habían consumido fuese agua. Llegaron las doce y ella ya estaba semidormida sobre la barra mientras Lucy y el camarero peli rosa terminaban su candente conversación en puros besos.
— Ya recuerdo. — Susurró para sí misma.
Aquel camarero peli rosa que no había parado de coquetear con su amiga la había cargado hasta, lo que suponía que fuera su apartamento; y que Juvia se encontrara en el sofá y sin vista de su mejor amiga solo tenía una explicación: Lucy había tenido una noche de pasión con el apuesto chico.
— Realmente no cambia. — Juvia se incorporó en el lugar y comenzó la búsqueda de su celular.
8:38am
Como era sábado no tenía que ir a trabajar, por lo que su "misión", como la nombró Lucy, no empezaría hasta el lunes cuando volviera a la empresa. Su corazón dio un vuelco: ¿sería capaz de mantener distancia con Gray? Movió su cabeza con desaprobación, en ese momento solo quería tomar un baño y quitarse el olor a vodka y las ropas que traía encima.
Juvia se levantó y vio con el GPS del móvil que su casa no se encontraba muy lejos de donde estaba. Conociendo a Lucy como lo hacía la peli-azul, había una alta probabilidad de que la rubia se fuese a despertar pronto, por lo que dejándole un mensaje en su buzón de voz decidió volver a casa antes de que los vecinos de los alrededores comenzaran a despertarse y, por sus pintas, ella pasase a ser el centro del cotilleo matutino.
***
— Tengo que volver a casa, como de seguro tuviste una noche de puras subidas y bajadas debes estar durmiendo en su pecho. Que sepas que eso no te libra de contarme todo a detalles. Adiu~—
Al rato, cuando ya había recorrido unas cuadras le llegó la respuesta de Lucy, causando que Juvia tuviera que aguantar la risa. — ¡Pero qué diablos crees que haces dejándome esos mensajes! —
Las carcajadas de Juvia sorprendieron a un transeúnte.
— ¿Acaso me equivoqué? — Sus labios formaron una sonrisa ladina al no obtener respuesta inmediata. No necesitaba verla para saber que Lucy estaba color tomate. — ¿No respondes?
— ¡Cállate! — Gritó la rubia en una mezcla de enojo y burla —. Natsu estaba bueno y que el alcohol corriera por mis venas solo podía traer eso consigo.
— ¡Lo sabía! Y bien, ¿cómo fue? ¡Juvia quiere detalles! — Pidió como la adolescente que no era.
— ¿Por qué debo de contártelo? — Lucy se hizo la misteriosa, en afán de molestar a su amiga.
Juvia le rindió por unos segundos, logrando hacerla hablar.
— Fue genial. — Dijo por fin. — Natsu es todo un caballero, ¿sabes? Al despertarme me llevó el desayuno a la cama y me invitó a salir hoy a ver una película.
— Entonces, ¿crees poder llegar a algo serio? — Preguntó a pesar de estar segura de cuál sería la respuesta.
— Nah, no creo. — Conocía lo suficiente a su amiga. — Natsu es majo, divertido y extremadamente guapo, pero todavía no me veo en una relación. ¡Solo tengo 25 años! No puedo amarrarme a nadie.
Juvia rió para sus adentros, Lucy podía decir lo que quisiera pero la descripción que había hecho del camarero peli-rosa la contradecía totalmente; ella nunca recordaba siquiera el nombre de aquellos con los que se acostaba...
— Además, dejando eso a un lado, hoy tenemos que reunirnos para terminar de trazar los planos para tu misión.
— ¿Crees que pueda lograrlo? — Preguntó sin mucho ánimo.
— ¿Acaso quieres que atraviese el móvil y te pegue ahora mismo una colleja? — La seriedad en sus palabras asustaron a Juvia, cada vez que usaba ese tono era capaz de hacer lo que dijese.
— Juvia no lo ve necesario...
— Entonces, basta ya. Lo lograrás tal y como yo me llamo Lucy Heartfilia. — Dicho esto tomó un bocado y gritó al otro lado de la línea. — ¡Misión Gruvia, start!
***
— ¿Y bien? ¿Piensas acabar con toda la comida?
Tomó el último paquete de potato y se encogió de hombros. — Se llama hambre y no la puedo controlar.
La peli-azul negó con la cabeza e hizo espacio para que la rubia se sentara a su lado en el sofá. Lucy acababa de volver y ya estaba liquidando las reservas.
— Bien, ¿pudieras decirme de qué va el maldito plan?
— Pues sencillo, solo debes tomar distancia de Gray. —dijo como si fuese lo más obvio del universo.
Juvia rió en seco y Lucy recibió la indirecta. — Ok, te lo explicaré un poco más detallado, a decir verdad en el camino a casa terminé de redactarlo.
Las chicas pasaron horas y horas hablando, agregando y eliminando fases, hasta que llegaron a una conclusión.
La Misión: Gruvia tendría 5 fases:
1- Distancia.
2- Amistad.
3- Cambio.
4- Celos.
5- Gruvia.
— El lunes comienza nuestra Misión.
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Misión: Gruvia
Hayran KurguLuego del mayor de los rechazos por parte de Gray, Juvia decide llorar sus penas en los hombros del alcohol. Cuando llega a Quentin's Bar se encuentra con Lucy quien, luego de escuchar sus angustias, le propone un plan: poner distancia entre ellos...