N: Noche.

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Caminando por las solitarias y oscuras calles de Londres, Louis Tomlinson tararea una canción mientras va de regreso a su casa. Acaba de salir de una pequeña presentación que hizo junto a su banda en un café local con buena fama.

Como recién iniciados en el mundo de la música, esta realmente satisfecho por lo que han logrado hasta ahora. Si se esfuerzan, en algunos años podrían estar dando giras por el mundo. Es su gran sueño. Como también lo es que sus canciones lleguen más allá que el pequeño Londres en donde vive.

Cruzando un pequeño parque local para llegar a su destino, sigue tarareando la misma canción en su mente una y otra vez. Antes de presentarse con su banda, un chico de rizos y de apariencia nerviosa canto en solitario.

A Louis realmente le gustó su voz y como se soltaba cada vez más mientras la canción avanzaba. Le había gustado tanto, que no podía sacárselo de la cabeza. Incluso luego de cantar sus canciones, la voz del chico perduraba en su memoria, repitiéndose como un buen disco rallado.

Distraído en sus pensamientos, no se da cuenta que alguien tiene rato llamándolo hasta que la persona llega hasta él y jala de su brazo.

Sorprendido, se gira con brusquedad, asustando a la otra persona.

—¡Lo siento! —se disculpa el individuo que ha detenido su camino a casa. Louis entonces no tarda en reconocerlo cuando enfoca mejor su vista. Incluso con la iluminación del parque, puede reconocer los rizos debajo del gorro de lana y los intensos ojos verdes que brillan.

—¡Hey! Eres el chico que cantó en la cafetería antes de mi banda —con una clara emoción en su voz, Louis señala al pequeño chico que inesperadamente se encoge en su lugar y se sonroja. Parece realmente nervioso. 

Desviando la mirada, el castaño de ojos verdes oculta sus manos en su chaqueta y muerde su labio. Siente que esta cometiendo una locura, pero sus amigos le dieron lo suficientes ánimos para llegar hasta allí. Realmente le gusta mucho el chico frente a él.

Cuando le escuchó cantar con tanta pasión en el pequeño escenario de la cafetería, Harry sintió que movió algo dentro de él. La letra de la canción y la melodía lograron calar en sus huesos y alojarse en su corazón.

—Hey... Chico ¿todo bien? —Louis estaba comenzando a ponerse algo nervioso e inquieto ante la falta de contacto visual con el más bajo, además del incómodo silencio —Creo que debería seguir mi camin--

—¡Espera! —las palabras del mayor son cortadas rápidamente, el chico de rizos a saltado y sujetado su brazo para detenerlo —M-mi nombre es H-Harry... —soltando al más alto como si quemará, Harry esconde nuevamente sus manos en su chaqueta.

—Bien. Hola Harry, me llamo Louis —Tomlinson está algo incómodo con todo el escenario, por lo que es torpe al presentarse. El tal Harry ahora tiene la mirada en el suelo.

—Y-Yo... —las palabras quedan a medio salir de la boca de Styles, que comienza nuevamente a dudar sobre lo que está haciendo. Le disgusta ser tan tímido y nervioso.

Louis por otro lado ve las intenciones de Harry de decirle algo, así que se relaja y espera que lo diga. El chico es muy nerviosos y tímido, es fácil darse cuenta de eso a primera vista.

En vez de parecerle molesto, se encuentra con que le parece tierno.

—Esta bien, tomate tú tiempo para hablar —le alienta y tranquiliza el mayor, intentando hacer que se relaje y tenga más confianza para terminar de decir lo que sea que vaya a decir.

Las palabras funcionan para regresar a Harry algo de valor. Tomando un respiro, dice cuando suelta el aire: —Realmente me gustó mucho como tocaron. Son grandiosos, sus canciones son muy reales y conmovedoras, y-y... —no ha dicho ni la mitad de lo que quiere decir, cuando se vuelve a trabar y es que a subido la mirada del suelo encontrando los intensos ojos azules de Louis, mirándolo fijamente con una media sonrisa en su rostro.

—¿Y? —Louis pude casi jurar que el chico frente a él está temblando; quiere reírse, pero teme espantarlo o hacerlo sentir mal, así que no lo hace.

—Y... Y... Y... —como una grabadora que se dañó, Harry repite la misma palabra una y otra vez. Cuando Louis le da una sonrisa un poco burlona y nerviosa, reacciona. ¡Tiene que hacerlo ahora! No puede regresar sin decir lo que quiere, no podrá seguir viviendo con el inmenso arrepentimiento que le dará si no lo hace —¡Y me has gustado mucho, ¿saldrias conmigo?! —apretando los puños a sus lados, cierra sus ojos y espera por lo menos una negativa amable.

En vez de eso, recibe una mano amable presionando su hombro. Cuando abre los ojos, Louis le está dando una sonrisa sincera acompañada de una mirada avergonzada —¿Qué te parece si me invitas un café la próxima semana y discutimos el tema?

Contrario a lo que esperó que pasaría, el menor está atónito con que el mayor no se haya negado inmediatamente.

—¿Qué te parece?

—¡Si, seguro! —a diferencia de su anterior timidez y rigidez, Harry ahora está desbordando emoción y alegría.

Louis sonríe con diversión, realmente parece gustarle al niño frente a él —¿Entonces me das tú número? Así podré avisarte que día vernos.

Con manos torpes, Harry saca su teléfono y dicta su número a Louis, quien le manda un mensaje inmediatamente para que archive su número.

—Ya debo irme, tú también deberías ir a casa.

—Si, tienes razón —acepta Harry volviendo a guardar su teléfono. No puede esperar contarle a sus amigos lo que logró. Quiere irse ahora mismo corriendo a casa.

—Entonces, nos vemos luego Harry —se despide Louis con un movimiento de su mano y una sonrisa amigable.

—Hasta pronto, Louis — haciendo lo mismo, Harry se da la vuelta y camina en dirección contraria al mayor.

A mitad del camino a su casa, la emoción de haber conseguido el número del chico que le gusta y no un rechazo inminente, le llena el cuerpo de alegría y adrenalina, haciéndolo correr las cuadras que faltan hasta su hogar.

Por otro lado, Louis llega a su casa con una enorme sonrisa con la que sus hermanas y mamá no tardan en meterse. Safándose del asunto, llega a su habitación en una pieza.

No puede decir que a sido la noche más rara de su vida, pero tiene un punto entre las más significativas. Es la primera vez que se le confiesa un chico, y sorpresivamente piensa que puede corresponderle... El tiempo le dirá.

[...]

Tres años después y muchas citas de por medio, es aquel parque dónde hablaron por primera vez aquella noche, donde Louis y Harry deciden casarse.

Larry ABCedario. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora