Z: Ziam.

265 24 1
                                    

—Zayn, dame la corbata. —pide Liam por milésima vez. —¡Vamos a llegar tarde a la boda!

Ignorando totalmente la queja, el moreno sonríe con diversión. —Ven por ella. —dice en cambio, jugando con la corbata en sus manos. Del otro lado de la habitación, Liam lo ve desde el espejo frente a él. Hace unos minutos ambos habían estado arreglándose para ir a la boda de sus mejores amigos, sin embargo, Zayn había terminado primero y se estaba empezando ha aburrir de tanto esperar. Sin pensarlo mucho, se acercó a Liam por detrás y le arrebato la corbata de sus manos. Repentinamente sólo tenía ganas de molestar a su pareja.

Resoplando, Payne gira los ojos y se gira de su reflejo en el espejo para ir con Malik. —Damela. — le pide cuando está parado frente a él, extendiendo una mano para que le regrese la corbata. Tardó horas en encontrar una corbata perfecta, y ahora su bromista novio la estaba arrugando sin importancia.

—Pareces molesto. —jugó Zayn, dando un paso al frente para estar más cerca de Liam; sus pechos casi se tocaban y sus respiraciones se enredaban. —No lo estés. —dijo luego, pasando la corbata alrededor del cuello del hombre frente a él, colocándola para atarla correctamente. Sin embargo, era de lejos lo que Malik quería hacer. —Mejor juega conmigo. —ronroneo acercándose tentativamente a los labios de Liam, jalandolo más cerca.

En un movimiento audaz e inesperado, Zayn giro a Liam y le empujó sobre la cama, dejándole sentado en el borde. Sin hacerse esperar, se sentó sobre su novio, tomando sus mejillas para subir la mirada  de Liam hasta su nivel.

—Se nos va a hacer tarde. — murmuro Liam. Sus manos en las caderas de Zayn, empujándolo inconscientemente más cerca de él. La sonrisa que le dio Malik fue totalmente maliciosa. Sus labios contra los suyos, su perdición total.

—Siempre hay tiempo. — murmuró Zayn con voz ronca cuando se separo por un segundo del beso.

—Es cierto, siempre hay tiempo.— repitió Liam, sonriendo antes de empujar la cabeza de Zayn de regreso hasta sus labios.

[...]

20 minutos después y corriendo, Liam y Zayn llegaron a la boda justo a tiempo. Sus ropas estaban un poco arrugadas, sus cabellos desechos y sus labios hinchados y rojos. Cualquiera con ojos leería fácilmente el aura que les rodea, pero no era momento para eso, porque después de tantos años, sus mejores amigos se estaban casando y ellos tenían el honor de estar allí. Posiblemente, pensando ser los próximos.

Larry ABCedario. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora