T: Tomate Cherry.

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—Vamos Shawn, prueba aunque sea uno. —pide Harry a su pequeño hijo de seis años. Lleva media hora intentando hacer que pruebe un pequeño tomate Cherry que su hermana Gemma amablemente les llevó.

—Hola. ¿Qué hacen? —acercándose a la cocina, Louis encuentra a su hijo sentado en la encimera y a su esposo intentando meterle algo a la boca.

—Intento que Shawn coma un simple tomate. —recalca Harry las últimas palabras. Desde que Shawn había dejado atrás los primeros dos años de su vida, se volvía cada vez más quisquilloso al comer, dejando muy de lado las cosas importantes como verduras y algunas frutas que al parecer ya no le gustaban.

—Vamos, Shawn, no puede ser tan malo. Los tomates son sabrosos en hamburguesas, sándwich y ensaladas. —apoyó Louis a su pareja, parándose a un lado de Harry.

Tomando el tomate de la mano de su padre, Shawn lo examina mientras los ojos de Harry se iluminan. Lejos de sentirse un poco decepcionado porque su hijo le ha hecho más caso a Louis que a él, se siente lleno de esperanza.

—Toma. —dice alzando el pequeño tomate previamente lavado hacia Louis. —Pruebalo tu primero. Si a papá no le gusta, no lo voy a comer. —dice al final mirando a Harry.

—Louis, cometelo. —Ordena el castaño de rizos al mayor, viéndolo con una mirada pesada y algo agresiva.

—Claro, si. Sin ningún problema. —duda Louis unos segundos. La verdad es que nunca había comido de aquellos pequeños tomates. O no por lo menos de aquella forma.

Tomando el tomate Cherry de la mano de su hijo, el castaño de ojos azules lo mete por completo en su boca.

Cuando lo muerde, puede jurar que todo su cuerpo está rechazando aquella pequeña y roja cosa. Sin esperarlo, el tomate explotó ante la primera mordida, lanzando la viscosa piel y semillas a todos lados de su boca. La sensación fue tan horrible y el sabor tan nefasto, que Louis no pudo evitar escupir el tomate.

—¡Esa cosa es horrible! —exclamó ruidosamente. —No dejaré que mi hijo coma algo tan horrible. — cargando a Shawn en sus brazos, Tomlinson corre fuera de la cocina. — ¡Iremos por comida de verdad! —anuncia mientras se dirige a la salida de la casa; Shawn ríe sin parar, sintiéndose afortunado de no tener que comer esos tomates e inteligente por haberle pedido a su padre que los comiera primero.

Por supuesto utilizaría más seguido esa técnica.

—¡Louis! —grita Harry desde la cocina. No puede creer la infantil y exagerada reacción de su esposo.

Tomando un tomate de la canasta, el cantante lo lleva a su boca pensando que no puede ser tan terrible como su esposo lo hizo ver.

Inmediatamente escupe el pequeño tomate como lo hizo Louis, mostrando una mueca de asco en su rostro.

—¡Chicos, esperenme! —grita luego, saliendo detrás de su familia.

Ya buscará recetas para deshacerse de esos tomates, por ahora, irá con su hijo y esposo por algo de comer.

Larry ABCedario. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora