Chase Pov's:
Me sentía como si estuviesen martillando mi cabeza, todo mi cuerpo se sentía entumecido.
Abrí mis ojos pero mi vista no se topo con el techo de mi habitación sino con un cielo nublado, me incorpore y todo lo que podía ver eran arboles, mejor dicho pinos. A lo lejos se podía observar una casucha.
Me encamine hacia ella lentamente pues mi espalda era donde mas se centraba el dolor, estire mi mano hacia ella y toque un poco, se sentía húmeda. Al ver mis dedos estos se encontraban manchados de sangre, empece a respirar con dificultad y sentía como si sus ojos quisiesen salirse de sus órbitas. Empece a correr hacia la casucha sin importar el dolor
-Alguien!! Por favor ayúdeme, estoy herido!!- Grite con todas mis fuerzas, llegue al portal de la casucha y fue a tocar la puerta pero esta se abrió sin mas.
-Por favor, ayúdeme- Entre en esta era extraña todo estaba en orden habían migajas de pan en el pequeño comedor como si alguien hubiese estado recientemente aquí pero había un olor mezclado de polvo y a frutas podridas, me adentre en un pasillo en busca de un baño o algo hasta que di con uno.
Mi reflejo era horrible tenia unas ojeras gigantescas y sangre seca que al parecer brotaba del lado izquierdo de mi cabeza. Me puse de perfil y vi que mi suéter estaba rasgado desde la altura de mis omóplatos hasta por debajo de mi cintura, tome el borde de este para quitarlo pero antes de tirar de el se oyeron pasos donde anteriormente había estado.
-¿Hola? Disculpa por haber entrado sin permiso, pero estoy herido y perdido no supe que mas hacer, la puerta se encontraba abierta- me excusaba mientras caminaba por el pasillo hacia el comedor.
En el centro del salón se encontraba una joven de un largo cabello tan negro como el carbón, de tez pálida pero lo impresionante de esta eran sus ojos, tenia una mirada feroz y el color era de un rojo puro que te dejaba los huesos helados, me sentí desnudo ante ella, impotente, me sentí débil.
Ella solo me observaba no me hablaba, se acerco a mi y con una fuerza que puedo decir que asombra por su contextura me tomo del hombro y hecho un vistazo a mi espalda.
-Siéntate de espaldas allí- Dijo señalando una de las viejas sillas del comedor. Su voz era tenue pero prepotente. Obedecí y me puse con mi pecho dando al respaldar de la silla. Mientras observaba como se movía por el salón buscando en gabeteros.
Se acerco con una navaja, un frasco y un paño. Con la navaja empezó a rasgar mi suéter cuando empezó a tirar de este sentía como si la piel de mi espalda se desagarrase.
-Bebe esto- Me tendió el frasco, no me parecía correcto tomarlo.
-¿Que es?- Me atreví a preguntar, ella volteo la silla y quede frente a ella me escudriño con su mirada y demandante repitió- Bebe.- Sabia que no debía beber esto pero mi cuerpo se movía sin mi permiso no podía despegar mi mirada de aquellos ojos, prácticamente me bebí todo de aquel frasco, sentía como el liquido caliente bajaba por mi garganta quemando esta. Mi vista empezó a nublarse y mi cuerpo a fallar.
Me levante exaltado mirando en todas las direcciones, me encontraba en mi habitación, mi espalda dolía como el infierno. Corrí hacia el espejo de mi armario buscando al golpe en mi espalda pero no había nada, solo unas grandes ojeras. mi rostro se veía demacrado. Habia soñado algo pero ya no podía recordarlo solo tenia grabados unos ojos tan rojos como la sangre.