❝ La vida de ahora en adelante está regida por una sola ley: matar o morir.
Y sí, la he seguido al pie de la letra .❞
Venus ha aprendido a sobrevivir por su cuenta en un mundo en el que los muertos caminan, un mundo vacío y desolado. Sin embargo, el...
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Venus
Di una última mirada a el ramillo de flores recostado en las hojas secas, como lo habría hecho en otro contexto, apatentando estar frente a una tumba.
Ajusté la correa de la mochila a mi hombro mallugado. El viento soplaba con fuerza, secaba los caudales de lágrimas alojados en mis mejillas. Inhalé, intentando que el aire llenando mis pulmones me recordara que tenía que seguir porque aún estaba viva y comencé a andar arrastrando la pierna adolorida. No miré hacia atrás, tal como me lo dijo mi hermano antes de que me pidiera que le vaciara una bala en el cerebro. Dolía menos si pensaba que no se convertiría en uno de esos monstruos gracias a ello. Aún con la cabeza dándome vueltas, caminé más rápido.
Antes de ser atacados por una horda de caminantes, estabamos siendo guiados por señales que nos indicaban el camino hacia un santuario para sobrevivientes llamado Terminus, así que ese era mi destino.
Un ruido seco me hizo parar. Como instinto tomé la pistola que hurté días antes y la puse frente a mi, dejé la mochila en el suelo. Tenía los nervios destrozados y estaba decidida a vaciar el cargador sin importar el ruido que los disparos emitieran; estaba agotada y no tenía tiempo para peleas. Amartillé el arma. Un caminante terminó en el suelo.
No supe por qué pero mis ojos comenzaron a picar, sin embargo no salieron más lágrimas. Probablemente estaba ya muy deshidratada para ello. Mis piernas cedieron de pronto y caí al piso gracias a que el sufrimiento me estaba carcomiendo viva. Eso y también que mi estómago estaba vacío desde hace días. Recordé entonces que antes de perder a Freddie, mi hermano, exploramos un conjunto de pintorescas casas cerca del bosque, la clase de lugar en el que te gustaría vivir. En una de ellas encontramos a un muerto, alguien recientemente asesinado que estaba tirado en el baño. En otra encontré un desastre y una especie de advertencia pintada con tiza en una puerta.
"CAMINANTE DENTRO. SE QUEDÓ CON MI ZAPATO PERO NO CONMIGO."
Fue escrito con una caligrafía que dejaba mucho qué desear, lo más probable es que pudo haber sido de alguien joven que había estado jugando y bien ahora podría estar muerto, o solo, como yo. Obtuve una bolsa con un poco de cereal, una lata de champiñones y otra lata grande de pudin de chocolate, obviamente vacía. Y aunque suene tonto, comprobé que no quedaba nada bueno en este mundo. De todas maneras, necesitaba energía. Mi magia no se haría por sí sola.
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Carl
Estando en el bosque todo parecía más tranquilo. Las hojas crujían bajo nuestro peso, el aire soplaba en nuestra contra.
Mi padre iba herido físicamente, y en lo que respecta a lo mental, iba curándose poco a poco de los rastros que dejó la prisión en él. Para ser honesto, yo también necesitaba sanar; no podía dejar de pensar en que mi hermana pequeña estaba muerta, como todas aquellas personas que se habían convertido en mi familia, a excepción de Michonne y Daryl Dixon. Ella nos encontró en un pequeño conjunto de casas solitarias entre el bosque y escapó con nosotros cuando las cosas se pusieron feas y papá tuvo que matar a alguien. Luego, por azares del destino el arquero también se topó con nosotros en una situación no muy agradable.
