Antes del Comienzo

Cartas

N/A: Esta es una carta que le escribe Diana (o Maravilla) a su madre antes de entrar a la Institución, en ésta se explica lo que pasó luego del capítulo Una tarde común en... Y otras cosas que parezcan inconclusas.

Querida madre, reina de las amazonas:

La tía Antíope me dijo que era mejor te escribiera una carta para poder contarte lo que sucedió estos últimos días, porque al parecer no volveré a Isla Paraíso hasta dentro de algún tiempo, ni siquiera mi tía sabe cuánto.

Madre, yo quería ir con Steve a conocer su mundo, es que me contó tantas cosas maravillosas e increíbles, no las creerías ni tú, porque yo ya las he visto y son incluso mejores de como él las describió. Me mostró lo que eran los edificios, los autos, carreteras, incluso tienen animales diferentes a los que hay en casa, pero sigo sin encontrar caballos, ya los extraño...

Pero nuestra travesía por La Ciudad (así le llaman) se interrumpió tan de repente, justo cuando Steve me había contado algo acerca de una comida llamada Helado, sigo sin saber lo que es pero él dice que saben rico. En fin, sucedió que uno de los Edificios se derrumbó como lo hace una montaña luego de mucha lluvia... Había tanta gente ahí atrapada, madre, que no me importó que tuviéramos que pasar sin ser descubiertas, levanté un pedazo de Edificio, madre, tenía que hacerlo, esas personas no merecían morir ahí, mucho menos si podía hacer algo.

¿Hice bien, madre? ¿Estarás enojada conmigo cuando regrese en dentro de quién-sabe-cuánto-tiempo?

La tía Antíope sí se enojó, aunque luego me ayudó con el resto de los pedazos, me regañó por haber hecho eso, en frente de toda esa gente... Pero no vas a creer esto, madre, esa gente comenzó a aplaudir, los mismos que salvamos nos felicitaron, dijeron cosas buenas sobre nosotras.

Eso ya pasó hace unas horas de hoy que te escribo, pero sigo sonriendo a pesar de eso, aún cuando mi tía me regañó, sé que hice lo correcto, y lo mejor de todo, madre, las personas lo reconocieron. Steve me dijo que ya era una heroína, como la diosa Artemisa, madre, ¿puedes creerlo?

Las personas necesitan héroes, madre, y más aún heroínas, quiero ser eso de grande, ¿puedo?

Acabo de leerle lo que llevo a la tía Antíope. Me volvió a regañar porque aún no te explico lo que sucedió hace apenas unas dos horas, pero quería contarte lo del accidente y mi primer heroísmo primero.

Como sea. Una mujer de piel tan oscura como Kasia se presentó a la casa de Steve y su mamá, pidió hablar con la tía Antíope, y nos contó a los cuatro que nuestra buena acción era conocida por gente importante, de alguna organización llamada A.R.G.U.S. Y que estaban interesados en mis capacidades; dijo también algo de una especie de escuela a donde me iría a estudiar con otros chicos como yo y me quedaría ahí por algún tiempo.

No te enojes, madre, que la tía Antíope haya aceptado fue por mi propio bien, eso me dijeron todos y yo les creo (además, creo que es una escuela para héroes, quiero ir).

Te quiero mucho, madre, te voy a extrañar así como a todas mis hermanas, tal vez más, solo espero verte pronto y te sientas orgullosa de quién seré en un futuro.

Atte. Diana, princesa de las amazonas.

La reina Hipólita terminó de releer la carta de su hija por tercera vez sintiéndo cómo parecía ser la voz de Diana aquella que le leía. Se había convencido que era lo correcto, sin embargo seguía queriendo a su pequeña de cabellos color carbón con ella, siendo la niña que la reina siempre deseó como hija.

-Antíope -Le llamó a su hermana, quien se mantenía parada a su izquierda durante todo ese tiempo que la reina había releído una y otra vez la carta entregada esa misma tarde luego de su viaje al Mundo de los Hombres.

-Majestad.

-Si el mundo ya sabe de nosotras no hay razón ya de ocultarnos...

-¿A qué quiere llegar? -Preguntó la hermana de la reina con algo de miedo a lo que su gobernante fuera a decir.

-Pide una junta con el Consejo, creo es hora ya de tener nuestra propia embajada en los Estados Unidos.