Cuernicornio

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 @@SoyKoriandr 

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Edad de los personajes: 9 años... (Excepto Maravilla)

–Hey, Kent.

Super volteó hacia atrás, donde se encontraba Murciélago con una mirada aún más seria de lo habitual, algo que le llamó la atención.

–¿Qué pasa?

–Mira esto –Respondió con un tono misterioso, ese que tanto le gustaba usar en casi todo momento, y le estiró una hoja que Clark tomó para leer durante la clase de Linterna Verde, después de todo no era más que el repaso de cómo vencer a una langosta mutada.

–Espero sea importante... –Murmuró mientras se volteaba nuevamente a su lugar y extendía la hoja.

Vaya su sorpresa cuando reconoció la foto de Maravilla junto con todos sus datos; parecía ser la copia de la copia sacada de una impresora de pésima calidad y sin tinta, pero las letras, aunque difusas, se podían leer con claridad, pero era lo que estaba encerrado en un círculo rojo aquello que captó la atención del kriptoniano, pues se notaba que había sido Murciélago quien había marcado ese renglón en particular, éste decía algo como esto:

Fecha de nacimiento: 19 de Diciembre

Eso sería dentro de tres días... ¡Y él no tenía regalo! ¡Su mejor amiga cumpliría nueve años y él no tenía regalo para darle!

Super no dejaba de ver aquel renglón, estaba algo asustado, pues aunque Diana era ignorante en el tema de los cumpleaños cuando llegó al Instituto, pronto se familiarizó y encariñó con el concepto, así que seguro ella estaría esperando algo grande por parte de sus dos amigos... ¡Y él sin regalo!

El mayor sacudió la cabeza levemente para no llamar la atención y volteó la hoja con la esperanza de que Murciélago hubiese escrito algo allí diciéndole que era una falsificación o algo por el estilo, sin embargo se encontró con lo contrario:

Hackeé en el servidor del Instituto. Eso encontré de Maravilla. ¿Alguna idea?

Murciélago

Super y el gothamita necesitaban ir por un regalo, eso era más que seguro, un regalo para su compañera y amiga de habitación, algo que estuviese a la altura de un obsequio que una princesa recibiría pero sin caer necesariamente en las formalidades, después de todo ya los tres se consideraban amigos, más aún cuando los tres tuvieron que reparar la pared frente a su habitación.

Murciélago creía era mejor ropa de diseñador, en cambio Super se iba por algo más simple, algo como una de las cajas sorpresas que había a montones en el supermercado a poco más de media hora del Instituto caminando.

Solo podían comprar un regalo entre ambos porque Murciélago, aunque millonario, no contaba con una buena parte de su dinero (Alfred no le mandaba más que cinco dólares semanales que el menor gastaba en sus proyectos y solo tenía cuatro dólares ahorrados), y Super no le podía pedir a sus padres más de dos dólares sin sentirse mal, eso y cincuenta centavos que por casualidad se encontró en el suelo de la cafetería; así que entre ambos decidieron comprarle un regalo a Diana de seis dólares... con cincuenta centavos.

Las ideas que Murciélago daba quedaban rápidamente descartadas, así que, un día antes del cumpleaños de Maravilla, nuestros dos personajes fueron al supermercado ilícitamente (santo cielo, solo tenían nueve años, no podían ir como si nada a un supermercado que quedaba a más de un kilómetro de distancia, de lo cual era casi todo bosque de camino).

Antes del ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora