Capítulo 20: Ian y el tren

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Zet: Abigail...

(...)

Narra Derek

La tercera bandeja se destapó dejando ver un corazón pero no cualquier corazón, un corazón humano. Hunter sonrió y agarró el corazón, lo apretó como si fuera una pelota de goma.

Hunter: Hermoso ¿No creen? -miró a Estefan y se lo lanzó, esté lo dejó caer al suelo asqueado- ¿Qué pasa? ¿No te gusta el corazón de tu padre? -abrí los ojos como platos y me giré hacía Estefan que miraba el corazón como si no creyera lo que había escuchado.

Christian: Basta de charlas. Dame a mi hija y te dejaremos vivir.

Hunter: ¿Tu hija? ¿Tu no habías tratado de matarla?

Narra Ian

Me fui acercando lentamente, por detrás, al vampiro y me dispuse a atacarlo pero uno de los vampiros que tenían las bandejas se dio la vuelta dejando caer la bandeja y me atacó. Comenzaramos a pelear lo cuál dio tiempo a que los demás atacarán, vi como Derek y Victor trataban de arrebatar le, al vampiro, a Zara. Un gran dolor me distrajo, sentí mi estómago ser desgarrado lentamente, miré al frente y pude ver al vampiro con el que peleaba caer al suelo decapitado; mi hermano lo había hecho. Caí de rodillas agarrando mi estómago, miré a mi alrededor. Vampiros decapitados, lobos heridos y uno que otro había muerto; el "príncipe" muerto y a Derek apretar el estómago de Zara. Parecía que alguien había silenciado todo solamente para que pudiera ver por última vez la luz del día. Miré a mi hermano, sonreí y me dejé caer de espaldas al suelo. Todo volvió a tener sonido.

Travis: Resiste hermano -oprimió mi estómago tratando, en vano, que dejará de sangrar.

Ian: Te quiero hermanito -dije en un susurró, le sonreí y cerré los ojos dejando que mi vida se fuera como lo había pactado a los 18 años. Como había pactado con la Diosa Luna: el cuál consistía en que si Zara estaba al borde de la muerte mi fuerza vital se iría con ella para que sobreviviera y yo "dormiría" eternamente. Y estaba cumpliendo ése pactado ahora mismo...

Narra Zaralena

Abrí mis ojos, me levanté del suelo y miré a mi alrededor encontrándome en... ¿Una estación de trenes? Miré hacía el sur y solo pude ver una luz blanca; miré al norte y volví a ver lo mismo que en el sur. Miré hacía adelante encontrándome con un tren que parecía ir a 1.000 kilómetros por segundo, hacia el norte, pero al mismo tiempo parecía estar quieto. Una mano se posó en mi hombro...

Zaralena: Ian -dije al darme vuelta y encontrarme con uno de los gemelos. Esté sonrió y miró el tren.

Ian: Sube en el

Zaralena: ¿Estás bromeando, verdad? Debo esperar que paré si quiero subir en el.

Ian: Ese es el problema. No debes esperar; debes pensar e hacer, si esperas a que el paré estarás en el mismo lugar siempre y no avanzarás; y perderás toda una vida en vano, solamente por no arriesgar. Porque si tú no lo haces nadie lo hará por ti o ¿Crees que si lo harán? Pues no, en la vida puedes esperar de los demás como lo hacen ellos de ti o puedes dar y hacer por ellos y por ti. Así que corre y salta a su interior.

Zaralena: ¿Qué pasa si caigo?

Ian: Caerás con la cabeza en alto porque arriesgaste sabiendo las consecuencias y decidiste hacerlo por ti. Te diré algo que debes llevar presente siempre Zara. En la vida encontrarás de todo; ya sean emociones, sentimientos o personas pero habrá algo que encontrarás al último lo más importante: a ti. En ese momento te darás cuenta de todo lo que perdiste por esperar y todos lo que ganaste por pensar y hacer. En ese preciso momento aprenderás que si esperas demasiado perderás al tren de la vida, dejarás que pasé solamente por esperar algo que puede nunca llegar. Pero ¿De qué servirá si ya perdiste el tiempo por esperar?  De nada. No esperes, piensa y hazlo.
Seguro pensarás ¿Pensar no es casi igual a esperar? No lo es Zara, porque si piensas antes de actuar te darás cuenta si esta bien o mal, pero esperar es lo que consume tu vida. La espera consume la vida de todos los seres humanos sin que ellos se dieran cuenta y cuándo se dan cuenta ya es demasiado tarde. Piensa e hazlo y ya no esperes por algo que puede nunca llegar. -

Besó mi frente y sonrió para luego mirar al tren, yo también lo miré. Esté parecía llamarme y querer aue subiese en él. Lo pensé unos segundo y respiré hondo, miré hacia Ian pero él miraba hacia atrás; me giré y pude contemplar otro tren pero esté se dirigía hacia el sur.

Zaralena: ¿Debemos subir en ese? -Ian me miró y negó con la cabeza.

Ian: Tu debes ir en aquél -señaló al tren que se dirigía hacia el norte- y yo me iré en aquél -señaló al otro tren.

Zaralena: ¿Por qué? -pregunté como una niña.

Ian: ¿Zara tú haz llegado a quererme? -lo miré unos segundo y me dí cuenta de todo.

Zaralena: Sí, te quiero y siempre lo haré Ian. Tu no puedes ir en aquél tren, no puedes morir Ian -Ian negó con la cabeza y volvió a besar mi frente.

Ian: Adiós Zara -corrió hacía el tren que se dirigía hacia el sur y saltó en él, dejándome completamente sola y sin entender como había pasado. ¿Por qué no pude detenerlo? ¿Por qué no pude moverme de mi lugar o gritar para que no lo hiciera? No lo sé, simplemente había dejado que se fuera sin poder detenerlo.

Zaralena: Adiós Ian -dí la vuelta, miré al tren y suspire. Cerré los ojos y al abrirlos corrí con fuerza; y salté cuando estuve lo suficientemente cerca del tren.

Escuché sonidos a mi alrededor, sonidos que se mezclaron con voces familiares.

XXX: ¡Está despertando! Ve por el doctor. -escuché decir a una voz femenina, una voz familiar. Abrí lentamente los ojos y miré a mi alrededor; parecía estar en un hospital, una mujer estaba a mi lado. Sonreí.

Zaralena: Mamá -susurre. Ella sonrió y asintió, un cuerpo varonil se lanzó sobre mi aplastando me.

Victor: ¡Derek, suelta la! Vas a asfixiar a Zara. -mi mate se alejó y sonrió inocentemente. Estefan, Marcus, mi papá, los padres de Derek y su hermano entraron por la puerta como si de una avalancha sé tratase. Cada uno me abrazó.

Marcus: Te extrañé muchísimo. -me abrazó.

Christian: Que alegría me da que ya hayas despertado. -me sonrió como lo hacía cuando era una niña.

Estefan: Bienvenida a la vida otra vez. -besó mi frente.

Zaralena: No estuve tanto tiempo dormida -dije entre risas.

Victor: Zara estuviste en coma durante dos meses -lo miré unos segundo. Debía de ser mentira, yo estuve unos minutos hablando con Ian o ¿habían pasado dos meses y yo los había sentido como unos minutos?. Busqué a Travis con la mirada pero no lo encontré

Zaralena: ¿Y Travis? ¿Dónde está? -Derek iba a decir algo pero la puerta se abrió dejando ver a alguien que había pensado nunca volver a ver.

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Holis!!! Espero que hayan disfrutado el cap, perdón por matar a Ian.

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Mi loba de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora