POV NARUTO
Estamos en camino a la oficina de Kakashi-sensei y estoy caminando como si me hubiera robado un teclado y para esconderlo hubiera decidido ponérmelo entre las piernas.
–¿Puedes dejar de tocarte allí? La gente te ve raro.
–¡No puedo! Siento que se marca demasiado... –Respondí yo acomodándome el pantalón.
Llegamos donde Kakashi-sensei y gracias a dios que estaba solo.
–No me parece muy agradable que vengas con eso a mi oficina. –Dijo Kakashi-sensei apuntando mi entrepierna.
¡¿Por qué todos hacen eso?!
–Necesitamos que cambies el número de Naruto, ahora.
–Creo saber cuál es el problema, me han llegado rumores de que el número telefónico de Naruto ya se lo saben la mitad de las chicas de la aldea.
–Porque la otra mitad quiere el número de Sasuke.
–Puede ser, pero varias que ya tienen el tuyo aun quieren el mío.
–No sabía que tu ego era tan alto, Sasuke.
–No sabía que eras tan desordenado, Kakashi. ¿Iruka estuvo aquí? Tu escritorio está hecho un lio.
Últimamente Sasuke y Kakashi-sensei suelen discutir así. Estoy muy entretenido en estos momentos.
–Te compadezco Naruto, en estos momentos puede que estemos en las mismas condiciones.
¿Entonces Sasuke tiene razón? ¿Iruka-sensei es el culpable del desorden del escritorio de Kakashi-sensei?
–¿Se puede cambiar el número de Naruto o tendrá que conseguirse un nuevo teléfono?
–Se puede, dame el teléfono. –Sasuke le entregó el teléfono a Kakashi-sensei. – Lo reportaré como defectuoso y haré que cambien el número. Pueden venir a buscarlo mañana, si está listo antes, se los haré saber.
–Gracias, realmente ya me estaba aburriendo. –Dije yo rascándome la cabeza, no me siento muy orgulloso sobre todo esto.
–Puedo deducir que el teléfono es el culpable de que estés en ese estado.
Ahora el "eso" pasó a "ese".
Sí, otra vez apuntó mi entrepierna mientras lo decía.
Salimos de la oficina y yo estaba prácticamente desesperado por llegar a casa, mi entrepierna está empezando a doler y realmente estoy sintiendo las miradas de muchas personas en la aldea cuando me acomodo el pantalón.
–Podríamos ir a comer algo, aprovechando que estamos afuera.
–Normalmente diría que sí, pero ahora no me encuentro en condiciones.
–Estaba pensando en comer Ramen.
–¡Eres muy cruel! Realmente estoy en serios problemas, si no llegamos luego a casa estoy seguro de que me pondré a llorar aquí mismo.
–Ramen será.
–¿Es en serio?
–Tengo hambre, puedes adelantarte a casa si prefieres.
–¡Espera! No es como si tu estuvieras en tan buenas condiciones. Si no tuvieras esa capa de mierda que traes puesta, que debe ser muy calurosa creo yo, estarías igual de incómodo.
Ahora yo fui el que apunto a su entrepierna. ¡Mi venganza! Aunque creo que no dije en ningún momento la palabra "eso" o "esa" refiriéndome a su entrepierna...
