POV NARUTO
Encima de mi cama se encontraba un cadáver emanando un aura de desesperación y tristeza tan grande que toda la habitación se cubrió de una espesa bruma, parecía como si hubieran encendido una fogata dentro. Oh, espera, el cadáver soy yo.
Llevo poco más de media hora tirado en mi cama cabeza abajo, no sé ni cómo he podido respirar todo este tiempo.
Tengo la cabeza llena de pensamientos aterradores, las mil y una formas de que Sasuke me haga sufrir con esa estúpida cosa que compré. ¡Se supone que se deben ocupar con su cuerpo, no con el mío! Quizás no debería haber hecho eso del callejón, fue muy estúpido y vengativo de mi parte... A quién engaño, no me arrepiento de nada.
El sonido de la ventana de la cocina cerrándose me sacó de mis pensamientos. Una pena, justo cuando me estaba olvidando de mi triste vida recordando los momentos en aquel callejón que, probablemente, sean los últimos momentos felices de mi vida.
Me levanté de mi cama con dirección a la cocina, encima de la mesa se encontraba una nota:
"Si no me encontraste aquí cuando llegaste es porque tu castigo será en mi casa, no seas un bebé llorón y apresúrate. "
¿Bebé llorón? ¿Yo? Bien, le demostraré quién es el bebé llorón. Rápidamente tomé un baño y después de arreglarme salí de mi casa. Claramente lo hice porque estaba sudado, no porque supiera lo que va a pasar en la casa de Sasuke, que no va a pasar obviamente, apenas llegue robaré el dilatador y lo esconderé donde nadie pueda encontrarlo.
Al momento de estar frente a su puerta, me quedé analizando mi plan. Debido a que con Sasuke somos casi igual de inteligentes, él pensará que entraré por la ventana de su habitación donde probablemente tenga el dilatador, por lo que usaré una estrategia que jamás imaginará. Entraré por la puerta principal. ¿Qué tipo de ninja se infiltra por la puerta principal? Uno tan bueno como yo, nunca se enterará que entraré por ahí.
Con mucho sigilo, introduje la llave y abrí la puerta. Entré y no percibí ningún ruido, miré hacia mi derecha, nada. Mi izquierda, nada. De pronto cuando miré al frente, ahí estaba. El responsable de lo que serían mis próximas pesadillas, estaba en el piso justo frente a mí. Esperando a que llegara yo para recuperarlo, Sasuke debe ser demasiado estúpido como para dejarlo allí. Como sospeché, nunca se imaginó que entraría por la puerta principal, por eso lo dejó aquí. Soy un maldito genio.
Triunfal, me acerqué a recoger mi premio. Cuando estuve a un paso de tenerlo en mis manos, todo se me dio vuelta, literalmente. Una estúpida soga salió de la nada y me amarró de pies y manos y me volteó para luego arrojarme al suelo de espalda.
–Nunca te cansas de caer en ese truco, ¿verdad? –Dijo Sasuke de brazos cruzados con una mirada llena de diversión.
–¿Cómo adivinaste que entraría por la puerta principal?
–Sólo alguien como tú sería capaz de hacer semejante estupidez.
–¿Alguien como yo? ¿A qué te refieres? ¡¿Acaso me estás diciendo estúpido?!
–Yo nunca te llamé estúpido, tú lo hiciste. –Sasuke se acercó a mí y me cargó encima de sus hombros con dirección a su habitación.
–¡Bájame! ¿Crees que te la voy a hacer así de fácil? ¡No caeré sin dar una buena pelea!
–Por favor, de no quererlo te habrías quedado en tu casa. Sabes perfectamente lo que va a pasar y aún así viniste, hasta te diste una ducha.
–¡Que no fue por eso! –Llegamos a su habitación y me tiró a su cama. Empecé a forcejear con la soga que me mantenía inmovilizado. –¿No piensas quitarme esta cosa?
