La excéntrica hija del gran comerciante Español, había pasado la mayoría de su vida en compañía de tutores. Ahora por eventos desafortunados "que no tienen para nada que ver con un tal pirata llamado Jack Sparrow" Atenea Silvestre se vera arrastrad...
Nerviosa, estaba nerviosa. Mientras esperaba que el pirata hiciera su aparición. Se pregunto si era buena idea seguir a un pirata, pero el habia sido tan amable y dulce con ella. Y ahora estaba caminando con Jack a una taberna de mala muerte. Ella no había hecho nada para olcutar su cabello y ahora mucha gente la había reconocido y susurraban a cada paso que avanzaba. Podía entender porque: Pantalones y camisa con una hombreras de hierro? nada propio de una dama, ademas parecía que me hubiese peleado con alguien por las marcas en mi cara. Zeus se habia ido volando en el momento en que quise entrar a la taberna. Y extrañe el apoyo del enorme pajaro.
Habia dejado su cofre de medicinas en el barco de Jack, me había dicho que su habitación era el único lugar seguro en donde sus hombres jamas entrarían y me recomendó que dejara también mi dinero. No había entendido porque, hasta ahora. Un montón de hombres borrachos se balanceaban de un lado a otro mientras otros parecían pendientes del momento oportuno para robarles. Y me estaba dando cuenta de que yo era una presa fácil.
Me recosté en la pared esperando a que Jack volviera, tratando de alejarme de esas miradas que me lanzaban los borrachos. Pero nadie se acerco. Talvez tenia que ver porque había entrado con Jack y este había lanzado miradas asesinas a todos, para después decirme que esperara.
Solté un bufido de exasperación después de los cinco minutos y cuando estaba a punto de ir a buscarlo una silueta conocida se me acerco.
-¿Atenea?-Escuche con sorpresa.
Me voltee para ver a mi amigo de infancia-¿Ale?-Pregunte asombrada sin apenas creérmelo. De pequeños solíamos jugar juntos, hasta que su padre se mudo a Portugal y tuvimos que despedirnos.El siempre me había llevado tres años pero cuando jugábamos juntos el solo había sido un niño de catorce y hora estaba mucho mas musculoso y guapo. No lo hubiese reconocido si el no me hubiese llamado.
Me acerque a el corriendo y le di un abrazo. El me levanto en el aire y me dio vuelta. Yo reí a carcajadas porque el solía hacerlo cuando yo era pequeña.
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Me separe de el y este inmediatamente tomo mi cara entre sus manos y me miro con unos ojos azules llenos de preocupación-¿Que te ha pasado?-pregunto pasando sus dedos por mi mejilla.
Negué con la cabeza y solté un suspiro-Mi padre, ya no es el mismo de antes Ale, desde que mama murió ha ido todo a peor, quiere que me case con algún tipo importante de la nobleza italiana y yo ni siquiera lo conozco-
Ale me examino y asintió-Si lo se, era una de las cosas que mas me preocupaba cuando me tuve que ir, no sabes lo mucho que odie a mi padre por ello.
Yo negué con la cabeza-No hay manera de que pudieras haber hecho algo pero agradezco tu preocupación- Dije para después darle con mi puño en el hombro de la misma manera en la que el me había enseñado tiempo atrás-¿Dime planeabas irme a visitar? ¿O solo venias de paso?
