IX Parte De La Tripulacion

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Atenea

Ale se había ido para darme tiempo de ducharme. El agua fría había alejado cualquier malestar e incomodidad. No importaba cuántas veces lo pensara mientras más lo postergaba más se arrepentía de lo que estaba por hacer.

Después de pensarlo un poco me decidí por la misma ropa que llevaba, no creía que usar los vestidos que Jack saco de su habitación sería adecuado en un barco lleno de hombres.

No tenía tiempo de preparar comida. Por eso con rapidez tomé una manzana de la gran reserva de comida y con un suspiro de resignación me encamine al infier...perdón al cámarote de Jack.

Los hombres estaban tan ocupados, que no notaron mi presencia a lo que agradecí enormemente.

Toque la puerta y espere unos segundos para después escuchar un gruñido lo cual tome como una afirmativa para pasar.

Jack se encontraba detrás de su despacho mirándome como un rey a su súbdito. Quise darme la vuelta y correr lejos de allí, pero cuando mis ojos se encontraron con los de el tomé todo mi valor y orgullo para enfrentarlo.

-¿Me buscabas?

Jack alzo una ceja.

-Por favor sientate- dijo este mientras señalaba la silla que se encontrába al otro lado de la mesa.

Suspire y me senté esperando a que el tomará la iniciativa.

-Veras, tengo una propuesta para ti. Ya que no puedes regresar a tu casa por motivos más que claros, te ofrezco la posibilidad de quedarte en mi barco como parte de la tripulación.

Bueno el tenía razón, lamentablemente no podía regresar a mi casa. Pero eso no significaba que planeara convertirme en parte de una tripulación pirata... Es decir..? Yo? Pirata? Casi suelto una risita. Pero que otra opción tenía? Dos países de suma importancia Europea tenían una recompensa por mi cabeza, que más podía hacer? Tomaría la propuesta de Jack. Por ahora.

Le hice una seña para que continuara. El sonrió complacido.

-Claro que, tendrías que trabajar como cualquier miembro de mi tripulación aunque yo podría hacer una excepción por ti si calentarás mi ca..

No le deje terminar la oración porque con un estallido de furia me pare de la silla.

-Ni si quiera te atrevas a terminar esa frase- grite mientras le señalaba con un dedo.

No sabía que cara tenía en este momento, pero debía lucir rabiosa porque Jack retrocedió un poco con las manos en alto.

-No te atrevas, a sugerir que sea tu puta. Tengo conocimientos médicos y se cocinar. Me encargaré de que tus hombres tengan por lo menos una comida caliente al día. No seré tu puta ni ahora ni nunca- dije soltando rabia por los poros.

-Escucha, igualmente tendrás que dormir conmigo, no hay más sitio en mi barco, al menos de que quieras dormir con la tripulación.

-Dormiré con la tripulacion tripulación- Dije apretando los dientes.

Jack era astuto, el pensaba que con esa escusa de que no tenía otra opción más que dormir en su cámarote me hiba a tener bajos sus garras. Obviamente no dormiría con la tripulación pero para mala suerte de Jack tampoco dormiría con el ya que minutos antes me había encargado de ese asunto. 

Esta vez fue el turno de Jack de brincar de su puesto.

-No seas estúpida, no
durarías ni un día.

-¿Quieres apostar?- le respondí sin dejarme intimidar.

Espere unos segundos, para ver si agregaría algo pero cuando no lo hizo. Me di la vuelta y me encamine hasta la puerta pero su voz me detuvo justo antes de abrir la puerta- Si vas a estar en este barco vas a entrenar, mañana en la noche.

Me pare sorprendida con la mano paralizada antes de abrir la puerta. No iba a negar algún tipo de entrenamiento. Además saber cómo defenderse era de suma importancia si viajabas con muchos piratas.

-¿Algo más?- respondí sin voltearme.

Lo escuché acercarse. Hasta que ya no hubo más distancia entre los dos.

Su susurro me llegó al oido- Tu eres mía y mientras más rápido lo aceptes mejor será para los dos.

Me quede estática por unos segundos escuchando mi respiración acelerada pero luego reaccione y abrí la puerta.

-Yo no soy tuya-

Y con eso cerré la puerta de un trancaso.

Salí de allí agitada, y con manos temblorosas. Estúpido  pirata! Pero no me deje pensar, mucho en ello, me puse en marcha. Tenía trabajo por hacer.

Luego de hablar un rato con ale, y pedir información de cuantos hombres habían en el barco les dije que pasara la noticia a la tripulación de venir al atardecer a comer.

Y con eso me fui a la cosina y me puse manos a la obra. Cosinar era algo extremadamente relajante. Dalia había sido una excelente tutora y una sonrisa se me escapó al récordar las palabras que ella siempre solía decir "un hombre se conquista con un estómago feliz"
No era que yo tubiera planeado conquistar a alguien ni mucho menos, pero si tenía en mente que talvez encontrarme del lado bueno de esos piratas añadiría más comodidad a mi estancia en ese barco.

Pronto el olor de carne y verduras estaba presente por todo el barco y justo cuando terminada de poner la mesa, se escucho el ruido de la puerta.

Fruncí el señor al ver que aún no había oscurecido. Ellos no tenían porque haber llegado todavía. La comida estaba lista y la mesa también pero había esperado tener unos minutos libres antes de empezar a servir.

Soltando un suspiro abrí la puerta para encontrarme con once hombres. Los primeros en entrar fueron ale y el señor gibs. Los demás lo siguieron mientras me saludaban con asentimientos de cabeza mientras otros sílbaban y algunos murmuraba miss en reconocimiento.

Cuando ale y el señor gibs tomaron asientos, los demás siguieron su ejemplo. Ahora  solo quedaba un puesto libre pero sabía que Jack no vendría. No había sido invitado.

Y con ese pensamiento en mente se puso a servir. Cuando se aseguró de que todos tuvieran comida en su plato. Se sirvió ella misma y se unió a la gran mesa.

Ahora que estaban todos en una habitación no parecían tantos hombres. Todos ellos se encontraban comiendo y soltando algunas maldiciones por lo bueno que había quedado la comida.
Cuando se percató de que ella era la única que utilizaba cubiertos. Mandó todo al diablo y agarro un pedazo de carne con sus dedos.

¿A quien tenía que impresionar? A nadie, dalia no estaba allí para presenciar como ella comía de manera tan salvaje y sin poder evitarlo sonrió maliciosamente.

Los hombres soltaban groserías, eructaban e incluso se lanzaban un poco de comida. Poco a poco empezó a reconocer sus caras con nombres que podían considerarse insultantes pero a ellos parecían gustarle.

Tomás, el único que parecía no tener un nombre tan ofensivo, se encontraba relatandome la historia sin duda exagerada y adornada de como casi fue ahogado por una sirena mientras que gibs interrumpía de vez en cuando para explicar los verdaderos acontecimientos.

No podía parar de reír, era extrañamente reconfortante tener tanta libertad. No había etiquetas ni hipocresía.

Y esa noche descubrió que se sentía a gusto en compañía de piratas.
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Lo siento chicas! Pero por error borre este capitulo y tuve que reescribirlo de nuevo. Como no tengo Back up lo hice de memoria lamento si no esta 100 % igual a como estaba pero el contenido en principio es el mismo.

Ps. Estoy de vacaciones,  quise actualizar por teléfono pero solo logré complicar las cosas XD

Saludos!

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