XI Pirata Con Moral

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Atenea

Por milésima vez ese día apreté los dientes con frustración borrando cualquier tipo de diversión que había experimentando cuando había volado por los aires. Solo era necesario escucharlo a él para hacerme rabiar.

Ha! Yo le iba a meter la segunda parte de la lección por el culo. Sin revelar nada en mi expresión, me acerque a él en pasos cortos. Jack levantó una ceja.

Pero antes de que pudiera abrir su gran bocota, mi puño ya estaba volando hacia su cara. No había manera de que el lo detuviera a tiempo, pero entonces a último minuto el desvío mi puño con su mano y utilizo mi propio impulso para darme la vuelta en sus brazos.

Ahora yo estaba de espaldas a él su pecho aún desnudo rozaba mi camisa y aunque tratara de ignorar el ritmo acelerado de mi corazón era completamente consiente de que su respiración en mi oído era agitada.
Estúpido imbécil hijo de su mamá y papá. Que era lo que tanto quería lograr con aquello?

Una mano envolvió mi cadera aprisionandome en ese lugar mientras que la otra envolvió mi mano la cual aún se encontraba cerrada en un puño.

Quería insultarlo y reclamarle, decirle que era un imbecil, pero entonces mi palabras se cortaron porque un susurro ronco y sexy junto con una leve respiración acarició mi oído. Causando un leve escalofrío en todo mi cuerpo.

-Si vas a dar un golpe a alguien asegúrate de no quebrarte el pulgar en el proceso gatita- Dijo este con un deje de burla.

-Muérete- escupí molesta.

-Ya lo estuve, pero adivina que...? Regrese.

-Bueno vuélvete a morir.

-Lo lamento pero no estoy interesado- respondió este sin ningún atisbo de arrepentimiento.

Antes de que pudiera seguir insultandolo, su mano en mi puño acomodo mi pulgar- Si vas a golpear a alguien, asegúrate de que tu pulgar este fuera de tu puño- volvió a repetir Jack para luego soltar mi mano con brusquedad.

Repentinamente la mano que envolvía mi cadera me soltó, pero luego salte sorprendía cuando sus manos agarraron mi cuello por atrás con fuerza, no era lo suficientemente fuerte para ser extremadamente doloroso pero era lo suficiente como para sentir la falta de aire.

Solté una exclamación, y de repente estaba asustada. Asimilando la situación se sintió jodida. El podía hacer lo que quisiera con ella. Era mucho más fuerte, estaba en su barco en el medio del océano con un montón de hombres que seguían sus órdenes. Talvez lo había empujado demasiado lejos.

-¿Que haces?- pregunte temblorosa, con miedo de saber la respuesta.

Trate de liberarme de su agarre pero este era bastante fuerte y lo único que hacía era hacerme daño.

-Si vas a enojar a un hombre asegúrate de saber como sobrevivir. La mayoría de los piratas no tendrán la misma paciencia- Dijo jack con molestia pero sin soltarme todavía.

Me revolvi, molesta tratando de escapar. Lo insulte, no importandome si el podía matarme si quisiera. Pero este seguía sin soltarme aunque parecía aflojar un poco el agarre. Una caricia en mi cuello hizo que me tranquilizara un poco pero yo aún seguía lanzando maldiciones a diestra y siniestra.

Pero su voz espesa y calmada me interrumpió-Atenea estas en un barco pirata. El mundo de la piratería no es un mundo para mujeres, pero ya que estas aquí, tienes que saber defenderte. Como dije, otros piratas no tienen mis principios y como mínimo te pegarían por tu insolencia. Ahora, deja de maldecir y trata nuevamente de soltarte. Piensa, ¿que es lo que tienes libre que puedes utilizar en mi contra? - y con eso se desvaneció mi ira.

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