•IBALLA GONZÁLEZ•
-En la cuerda floja a pesar del vértigo -susurra dulcemente-Mi situación sí que es estar en la cuerda floja -susurro casi en sus labios
-Déjame ayudarte a salir de esa situación
-¿Y si nos descubren? -pregunto temerosa
-Afrontaremos el problema juntos -agarra mi mano y la entrelaza con la suya ante mis ojos
Se acerca a mis labios y los une lentamente, sin prisas, ¿me estaré metiendo en un lío? ¿Estaré haciendo lo correcto? Nos separamos y sonrío. Miro la hora y tiemblo nerviosa.
-Llévame a casa, por favor -suplico
-¿Qué pasa? -dice yendo hacia el coche
-Me he retrasado mucho, van a sospechar y no quiero que me arruinen el día -digo sonriendo
-No lo harán -arranca
Aparca frente a mi casa y veo a mi padre mirar por la ventana, los nervios me invaden, ¿qué debería hacer?
-Está mirando -musito
-Estate tranquila, invéntale cualquier excusa -sonrío falsamente- cualquier cosa, llámame -besa mi mejilla
Bajo del coche con el estómago revuelto de los nervios, voy en dirección a la puerta pero antes de abrirla, sale mi padre y su enfado reluce.
-¿Quién es ese chico? -dice sin alzar del todo la voz
-Es un compañero de clase
-No me mientas -pide
-No te estoy mintiendo, estuve hablando con un profesor y me entretuve y al salir me lo encontré y fue todo un caballero al traerme
-Vaya, qué extraño, he llamado a la universidad y me dijeron que no estabas allí -me quedo en silencio- te lo volveré a repetir, ¿quién es ese chico? -agarra mi brazo
-Ya te lo he dicho
Miro hacia la carretera con esperanzas de encontrarme con la mirada de Jesús, pero se ha ido, estoy perdida.
Entro en casa intentando esquivarle y subo corriendo las escaleras, entro en mi habitación y me sigue.
-Eres una mal agradecida, te adoptamos, te cuidamos como si realmente fueras nuestra hija, te educamos para ser una mujer hecha y derecha, y ahora nos faltas el respeto así, sabiendo que no queremos que te relaciones con ningún chico
-Soy mayorcita para saber qué hacer con mi vida, no hace falta que nadie me lo diga, ni siquiera tú -espeto
-Mientras vivas bajo mi techo, tendrás que regirte a mis reglas
-Entonces tendré que irme de esta casa para no tener que obedecerlas -musito
-Atrévete -dice desafiante
-No me retes -le desafio-ahora largo -digo señalando la puerta
Se marcha y suspiro, ¿Por qué estoy haciendo esto? No creo que aguante mucho más aquí si la situación empeora.
«Estoy perdida».
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Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]
Короткий рассказ¿Eres un/a apasionado/a de las historias de amor? ¿Te gustaría descubrir el transcurso abarrotado de la historia de Jesús Oviedo e Iballa González? ¿Te atreves a sumergirte en una historia inigualable con numerosos detalles? Pues bien, comencemos...✏