Capítulo 24

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•IBALLA GONZÁLEZ•
-Te dije que todo iba a salir bien refunfuñona

-Eres increíble, siempre lo diré -digo sonriendo

-¿Yo increíble? Aprendí de ti reina -toca mi nariz y me sonrojo

Me ayuda a vestirme con cuidado y salimos para firmar el alta. Mi padre está junto a mi madre esperando en la sala de espera, se ve que también le han dado el alta. Se levanta y me abraza muy fuerte.

-Menos mal que estás bien, vaya susto nos has dado -acaricia mis mejillas

-Lo mismo digo mamá -beso su mejilla

Me acerco al mostrador de recepción y pido los papeles del alta, al ser mayor de edad ya puedo firmar. Lo hago y me proporcionan los medicamentos junto a la receta.

-¿Ya te vas pequeña? -asiento- espero que te recuperes pronto, y deja el estrés atrás que tienes un buen chaval a tu lado -me guiña el ojo y se marcha

-¿A qué se refiere Jesús? ¿Te conoce? -le pregunto

-Quizás pequeña, soy famoso, ¿recuerdas?

-Perfectamente -sonrío

Salimos del hospital y veo muchisimas chicas gritando, ¿qué demonios ocurre?

-Tápate y agacha la cabeza -me coloca su chaqueta por encima y le dice a mis padres lo mismo

Me agarra y esquivamos a todas esas chicas, nos subimos al coche con velocidad y suspiro de agotamiento al estar dentro.

-Son fans, no quiero que os saquen fotos, ninguno, pero sobre todo a ti, las críticas van a invadir las redes sociales y no quiero que te afecte nada

-No me importan las criticas, me importas tú

-Lo sé pero no estás en condiciones -suspiro al recordarlo

Llegamos a mi casa y después de llevar todo el camino hablando de su fama, enciendo el portátil y pongo música mientras seguimos hablando.

-Estoy dispuesto a enfrentar críticas pero sólo si me apoyas -dice sonriendo

-No quiero que te veas expuesto a problemas por mi culpa o simplemente por revelar lo nuestro

-Por ti arriesgaría cualquier cosa -sonríe

Me quita el portátil y pone una de las canciones de su disco. Se coloca de rodillas frente a mí y comienza a cantar.

Mis mejillas se ruborizan, ¿por qué hace estas cosas? Por suerte, solamente estamos nosotros dos.

-Y ahora que me quieres como yo te quiero, y ahora que tu risa será mi amuleto, y ahora que tus manos vuelan por mi cuerpo, y ya no tengo miedo a esa soledad... ahora que te quiero como tú me quieres, ahora que tus ojos derriten mi nieve, ahora que tus labios besan y se atreven -canta con dulzura

Mis ojos se iluminan mostrando amor, cariño, dulzura. Origina tantos sentimientos en mi interior que ya incluso me queda claro de que lo que siento es verdadero y que mi corazón supo elegir correctamente.

Agarro sus manos y él las acaricia con total delicadeza, la suficiente como para hacerme estremecer y ponerme la piel de gallina.

-Cada día te superas más -sonrío

-Solamente intento ser el mejor partido para ti

Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora