•IBALLA GONZÁLEZ•
-Ha sufrido una bajada de tensión -dice el doctor-¿Es grave? -le pregunta y niega
-Se recuperará, ¿ha estado sometida a preocupaciones últimamente? -mi padre me mira y asiente- entonces necesita descansar, si empeora, su situación pasaría a ser un tanto crítica -asentimos- buenas tardes -se marcha
Mi padre me mira serio, me asusta, estoy nerviosa. Me agarra del brazo y me saca del hospital, entro en el coche y regresamos a casa. CUando entramos, vuelve a agarrar mi brazo con suficiente fuerza.
-Todo esto es culpa tuya, tú has hecho que su salud se viera afectada con tu altanería, esto no te lo voy a perdonar -alza la voz
-No es culpa mía -digo
-¿No? Desde que conociste a Jesús Oviedo todo han sido problemas y preocupaciones, has cambiado tu actitud, y ahora eres una chiquilla altanera y mal educada -añade
-No voy a consentir que me hables así -digo seria
-Soy tu padre -dice tajante-Un padre que sólo se preocupa por mi futuro y no me deja ser feliz, pero te informo de que el estado de mi madre no es ni por mi comportamiento ni por Jesús -explico
-Lástima que no conozcas la verdad de la familia Oviedo -se marcha
Subo a mi habitación hecha una furia, cierro la puerta de un portazo y me siento en la cama.
-No es culpa mia, no lo es -musito
Decido encender la televisión para despejar mi mente de tanto problema antes de regresar al hospital, pero una noticia de última hora invade la mayoría de los canales.
Dejo un canal concreto y veo un gran número de chicas gritando, aparece una frase en la parte inferior y leo en voz alta: el dúo español, Gemeliers, arrasa nuevamente en Barcelona; no hay momento en el que sus fans dejen de pronunciar sus nombres.
-¿Quiénes serán? -susurro
Voy a cambiar de canal pero me detengo al ver a esos dos chicos, me resulta familiar ese peinado, esas expresiones faciales, esos movimientos.
-No puede ser..Jesús -digo sorprendida
Bajo corriendo a la cocina y mi padre me mira extrañado.
-¿Tenemos el periódico de hoy? -asiente
-Lo compré al ir hacia el hospital, ¿quieres ver esto? -me enseña la portada y sale su foto
-Precisamente es lo que quería ver -ríe- ¿ya lo sabías?
-Nunca miras los periódicos, salvo hoy -dice riendo
Se marcha y regresa con una columna enorme de periódicos, los deja sobre la mesa y me mira esperando a que los coja.
-Es famoso -susurro y él asiente-Tu querido Jesús Oviedo es cantante, ¿por qué crees que no quiero que te acerques a él?
-Pero él me quiere -musito
-Eso es lo que tú crees -le miro
-No papá, no es lo que yo creo, es lo que siento, estoy enamorada de él, y sé que él siente lo mismo por mí -explico
-¿Cómo estás tan segura? -me pregunta dejándome contra la espada y la pared
-Veo el amor reflejado en sus ojos
-No digas estupideces, estás ciega porque nunca te has enamorado y crees que por ser el primero ya es amor verdadero
-¿Qué sabrás tú del amor? -grito
-Mucho más que tú -dice sin alzar la voz- eres una chiquilla que está empezando a vivir y no sabes lo que sientes
-No soy ninguna chiquilla -alzo la voz nuevamente
Levanta la mano y golpea mi mejilla, llevo mi mano hacia ella y duele, duele tan sólo el tacto.
-Te arrepentirás de esto -digo bajando el tono mientras subo a mi habitación
Cierro la puerta y me asomo por la ventana rozando aún mi mejilla con la yema de mis dedos.
-Él me quiere, yo lo sé -susurro segura
Decido darme una ducha y me visto nuevamente para regresar al hospital. Por el camino no dejan de pasar por mi mente inmensas ráfagas de sus imágenes en los periódicos y en la televisión, surgen sin cesar, ¿por qué le doy tantas vueltas?
Llego al hospital y busco su habitación, entro y está dormida, pero una lágrima desciende por mi mejilla.
-No es mi culpa mamá, lo juro -digo rompiendo en llanto mientras sujeto su mano- te quiero -susurro apoyada en su pecho
-Pequeña -acaricia mi cabello- no es culpa tuya- dice débilmente- tu padre exagera mucho las cosas y se pone en lo peor pero no te culpes, estoy aquí por mi edad y te aseguro que me está pasando factura -tose bruscamente
-No hables así por favor -le pido
-Esta vez saldré pero la siguiente quizás -la interrumpo
-No lo digas -agarra mi mano
-Algún día sucederá -dice igualmente
-Ya perdí a mis padres biológicos por su abandono, ahora no quiero perderte a ti, no podría soportarlo -sollozo
-Con el tiempo lo superarás -muerdo mi labio inferior
Salgo de la habitación envuelta en lágrimas sin articular una sola palabra más mientras la desesperación y los nervios me invaden.
Voy al baño de las visitas y me encierro en uno de ellos, me llevo las manos a los ojos empapados y sollozo, sollozo sin consuelo, sin nadie que me abrace y me susurre un 'todo estará bien', porque él, él no está, el único que me consuela está a kilómetros de mí, pero quizás sea algo insignificante para él comparado con lo que le rodea, ya que habrán chicas mejores entre tantas pero que lo quieran como yo pocas y obviamente entre esas tantas, no estoy yo.
ESTÁS LEYENDO
Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]
Historia Corta¿Eres un/a apasionado/a de las historias de amor? ¿Te gustaría descubrir el transcurso abarrotado de la historia de Jesús Oviedo e Iballa González? ¿Te atreves a sumergirte en una historia inigualable con numerosos detalles? Pues bien, comencemos...✏