Capítulo 18

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•IBALLA GONZÁLEZ•
Escucho toques en la puerta y suspiro nerviosa.

-Ocupado -digo entre lágrimas

-Señorita, ¿se encuentra bien?

-Necesito estar sola, váyase

-No voy a hacerle daño

Todo se queda en silencio, me levanto débilmente y abro la puerta, me tapo la cara de la vergüenza y sollozo. Me abraza y seca mis lágrimas.

-¿Algo va mal? -asiento

-Pero no voy a hablar de eso, lo siento -cojo el pañuelo que me ofrece y me limpio la cara- gracias- digo sin mirarle

-No hay de qué -sonríe

Sonrío con amabilidad y me marcho sin articular une palabra más con este extraño, ¿me habrá visto entrar al baño?

Decido regresar a casa y lo hago con muy pocas ganas, sin el más mínimo ánimo. Subo a mi habitación y observo todos y cada uno de esos periódicos en los que salen noticias suyas, tanto antiguas como actuales, noticias de las que nunca me había percatado de su existencia, hasta hoy.

-¿Por qué me lo ocultaste Jesús? -suspiro

-¿Reflexionando sobre su fama? -dice desde la puerta

-Sólo pienso porqué me lo ha ocultado, simplemente eso

-Tarde o temprano te ibas a enterar -dice él

-Sí pero no así -musito

-¿Así como? -pregunta

-Viéndolo en la televisión o leyendo noticias sobre su fama nacional e internacional en los periódicos

-No todo sucede como uno quiere

-Quería que él me lo dijera, que confiase en mí y me contase en qué trabaja

-Pero no lo hizo -le miro nerviosa

-¿Puedes dejar de recordármelo? -se queda callado- gracias -digo borde

Oscurece y decido darme una ducha con sales de baño para relajarme un poco, son tantas las preocupaciones que tengo en mi cabeza que ya no sé si podré afrontarlas.

Me ducho, enrollo la toalla a mi cuerpo y me pongo el pijama. Bajo a la cocina y me preparo una ensalada y un zumo de naranja, prefiero algo ligero ya que casi no tengo estómago para comer.

Recojo y subo a mi habitación, enciendo la television y busco algo interesante entre tantos canales. Me desquicia que no haya nada pero finalmente dejo un canal.

-Qué triste es tener noticias tuyas mediante la televisión y no por una simple llamada -digo desganada- ¿en qué estarás pensando en este momento Jesús? Y lo más importante, ¿en qué lugar estás ahora?

•JESÚS OVIEDO•
-¿No has hablado con ella? -niego

-Salimos en todos los canales y posiblemente ya sepa la verdad -suspiro

-Quizás, pero tienes que hablar con ella y contarle porqué se lo ocultaste antes de que sea demasiado tarde -dice colocando su mano en mi hombro

-Tienes razón pero ¿cómo se lo digo? Seguramente estará enfadada porque no quise contárselo antes de irme, y quizás tendría que haberlo hecho -digo arrepentido

-No puedo aconsejarte con algo así y ser coherente porque nunca he pasado por una situación similar, pero yo iría a buscarla tío, recuerda que tenemos dos días libres para descansar

-¡Es verdad! -grito emocionado

Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora