Capítulo 25

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•IBALLA GONZÁLEZ•
-Ya lo eres -susurro rozando sus labios

Los une despacio y sonreímos al unísono a mitad del beso. Pasan las horas y cenamos juntos, y lo mejor es que esta noche se queda conmigo.

«Estoy nerviosa, no me esperaba que mis padres le dejaran quedarse pero para todo hay una primera vez, ¿no?».

-Voy a ducharme -sonrío

-No tardes que tengo que ducharme también -muerde su labio inferior y asiento

Entro en el baño y me doy una ducha rápida. Al terminar me seco un poco y enrollo la toalla a mi cuerpo.

Cuando salgo está sentado en el sillón y al verme se queda estupefacto y realiza una visuada rápida a mi cuerpo de arriba a abajo boquiabierto.

Se levanta y agarra mi cintura bajo la toalla. Me pongo nerviosa y se me estremece la piel. Besa mis labios y juega con ellos muy despacio, y seguidamente baja sus besos a mi cuello proporcionando mordiscos suaves en él.

-¿Tú no tenías que ducharte? -lo aparto y suspira

-Un poquito más -suplica y vuelve a acercarse pero me niego- está bien -suspira

-No tardes anda -muerdo su cuello y sonrío pícara

-Eres mala eh -me encojo de hombros y río

Va al baño, y mientras se ducha me pongo la ropa interior. Al par de minutos sale con la toalla enrollada a su cintura dejando a la vista sus abdominales definidos, quedándome completamente embobada.

-¿Qué pasa? -pregunta riendo

-Eso con la camisa no se ve -río descontrolada pero dando a relucir mi timidez

-¿Te gusta lo que ves? -asiento nerviosa

Comienza a acercarse a mí despacio hasta que agarra mi cintura. Besa mi cuello mientras lo muerde con total delicadeza y dulzura. Me dejo llevar y me atrae, me atrae absolutamente todo de él, su físico, su forma de ser en cualquier circunstancia, todo.

Me subo a horcajadas sobre él cuán koala y me agarra con fuerza. Acaricio su abdomen con la yema de mis dedos y sonríe.

Uno nuestros labios en un cálido beso, jugamos con nuestras lenguas y sonreímos a mitad del beso.

«Me hace sentir cosas tan inexplicables, tan inigualables».

-Me encanta absolutamente todo de ti -susurra sobre mis labios

-¿No cambiarías nada? -niega- ¿seguro?

-Bueno, sí, esa cara de refunfuñona que pones cuando te enfadas, pero me encanta así que ni siquiera eso lo cambiaría

-¿Y de mi físico? -muerde su labio

-Me encantas de pies a cabeza -musita

-No mientas -mis mejillas se tiñen de rojo

-No miento, tienes un cuerpazo, tanto que podrías llegar a ser modelo -mis ojos se iluminan

-¿En serio lo crees? -asiente y se acerca a mis labios quedando a escasos centímetros

-Tienes un cuerpo 10 que muchas querrían tener - acaricia mis mejillas

-¿Qué insinuas? -pregunto pícara

-Solamente que eres mía -susurra sobre mis labios

-Y tú solamente mío -me abraza- no te vayas nunca por favor -suplico susurrando

-Nunca mi amor -dice en el mismo tono

Me sonrojo a más no poder, acaricia mis mejillas y el color rojizo sigue aumentando. Este amor es tan real, tan intenso, tan indescriptible.

Como sigo en sus brazos, me lleva a la cama y me acuesta en ella lentamente. Se coloca sobre mí sin dejar caer todo su peso y nuestras miradas se encuentran.

Una electricidad totalmente impulsiva recorre nuestros cuerpos, no sé si lo que estoy sintiendo en este momento son ganas de estar con él o pura pasión. Estoy desconcertada o quizás un tanto desorientada pero tengo muy claro que él es mi felicidad.

-¿En qué piensas princesa? -me pregunta preocupado

-En ti -sonrío inconscientemente

-Ya sabes que no te obligo a nada -susurra

-Lo sé, quiero pero estoy nerviosa y no puedo -respondo tímida

-Tranquila, se hará cuando estés preparada, no quiero forzarte -articula

Me besa y se levanta de la cama. Se pone la ropa interior y se quita la toalla, aparentemente va a dormir así.

-Eso es tentación eh -me sonrojo

-Ven tonta

Nos acostamos en la cama abrazados. Apaga la luz y juega con mi cabello hasta que comienzo a cerrar los ojos por inercia y me quedo plácidamente dormida.

{DOS MESES DESPUÉS}

Me despierto un día más pero esta vez para ir a recoger las notas de la Facultad de Derecho. He puesto todo mi esfuerzo y empeño para sacar este segundo curso y quizás el siguiente vaya a mejor, o eso espero.

Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora