Capítulo 21

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•JESÚS OVIEDO•
-Soy el padre de lballa

-¿Para qué me llama? ¿Para recalcarme nuevamente que no me quiere cerca de su hija? Porque si es para eso déjeme decirle que no voy a darle el gusto -digo tajante

-No le llamo para eso precisamente

-Entonces ¿para qué? -digo borde

-balla ha perdido el conocimiento al llegar al hospital, ahora mismo le están realizando una serie de pruebas para averiguar porqué le ha sucedido -me quedo en estado de shock, sinceramente no me lo esperaba

-¿Es una broma ? Porque si es así no me hace ninguna gracia

-Es completamente cierto, ven al hospital y lo compruebas con tus propios ojos

-Voy para allá -cuelgo- no puede ser -susurro a punto de romper en llanto- mi pequeña

Rápidamente cojo la chaqueta, las llaves del coche y voy hacia el hospital con mi cabeza llena de pensamientos negativos, preocupaciones, nervios, tensiones, ya nada puede ir peor.

Aparco y entro en recepción, pregunto por ella y veo venir a su padre por el pasillo.

-¿Dónde está? -señala una habitación

Entro, la veo acostada en la cama y mi rostro cambia por completo.

-Jesús -dice débilmente- has venido, pensé que no vendrías

-Tu padre me ha llamado -me acerco- ¿ya te han hecho las pruebas? -asiente y acaricio su mejilla dulcemente- ¿y qué tal?

-Creo que no soy la más indicada para decírtelo -musita

Mira hacia la puerta, tiene la mirada perdida y sinceramente estoy comenzando a preocuparme seriamente.

-¿Por qué dices que no eres la indicada? Quiero que me lo digas tú misma, y que las palabras salgan de tu boca

-Yo quería lo mismo y mira, me enteré por la televisión y los periódicos de quién eres realmente -tose

-Soy el mismo Iballa, no he cambiado -agacha la cabeza- sigo siendo el mismo chico que se enamoró perdidamente de tu mirada, de tu sonrisa, de ti -digo dulce mientras acaricio su mejilla despacio

-No sé que pensar, ¿tanto te costaba decírmelo por lo menos antes de irte? -niego entristecido- habría sido tan distinto -susurra

-Hubiese sido distinto pero nosotros seguimos siendo los mismos y mi carrera profesional no va a cambiar nada con respecto a ti, pero dejemos el tema, este sitio no es el más apropiado para hablar y mucho menos en tu estado, y ahora, ¿me vas a decir cómo te salieron las pruebas?

De repente tocan la puerta, me giro y veo al doctor con un montón de papeles en la mano, lo miro fijamente y se acerca.

-Muy bien señorita, aquí están los resultados -se los muestra y ella rompe en llanto

Rápidamente la abrazo mientras solloza en mi hombro sin control, entra su padre y no tiene muy buena cara, ¿qué pasa?

-Doctor, ¿podemos hablar en privado? -asiente- sea sincero conmigo por favor -suplico- ¿es grave?

Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora