Capítulo 16

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•IBALLA GONZÁLEZ•
Último día de la semana, ¿aprobaré teniendo esta incertidumbre carcomiendo mi interior?

«Solamente espero que no tarde en comunicarse conmigo mucho más tiempo».

Me levanto y me preparo con escasas ganas, desayuno algo ligero y me dirijo a la Facultad.

-¿Te encuentras bien? -dice al verme llegar

-No hablemos de eso -digo seria

Se queda callada y entramos en clase.  Examen primera hora, no se lo recomiendo a nadie. Acaba la hora y el profesor recoge los exámenes, se marcha y seguidamente entramos en la siguiente clase.

Pasan las horas y ya realicé el segundo examen de hoy, el de derecho civil, me resultó fácil pero tendré que esperar a ver la nota. Acaba la jornada y justo cuando voy a dirigirme a mi casa, me agarran el brazo y me giro al instante.

-¿Otra vez tú ? -ríe ante mi comentario

-Te amargaré la existencia hasta que comprendas que los Oviedo no te convienen -explica

-Eso lo decido yo, ahora largo -me suelto de su agarre y me marcho

Llego a casa un tanto enfadada, ¿quién es ese chico? ¿Por qué no se cansa de repetirme que no me convienen? Definitivamente no sé si me estoy volviendo loca o si realmente todos están en mi contra.

-¿Qué tal los exámenes? -besa mi mejilla

-Bien, ahora toca esperar el resultado -sonrío forzadamente, ¿y mamá?

-Ha salido, no tardará en regresar -contesta

Almorzamos y justamente cuando vamos a recoger la mesa, entra mi madre, no tiene muy buena cara y me acerco a ella rápidamente.

-¿Te encuentras bien? -se queda callada

Está pálida, muy pálida, y mis nervios florecen una vez más. Siento una fuerte presión en mi brazo, miro y me está agarrando con fuerza y la sujeto al ver que se cierran sus preciosos ojos.

-Mamá, ¿qué tienes? -toco sus mejillas- abre los ojos por favor -rompo en llanto

-Voy a llamar una ambulancia -dice mi padre corriendo

-¿Sabe qué le podría haber pasado ? -pregunta el enfermero y negamos- la trasladaremos al hospital y una vez allí le haremos las pruebas pertinentes -asentimos- ¿alguno quiere acompañarla?

Mi mirada entristecida se encuentra con la de mi padre y agacha la cabeza.

-Ve con ella -me pide- iré con el coche

Llegamos al hospital y mientras le realizan las pruebas, me siento en la sala de espera hasta que llegue mi padre.

-¿Han dicho algo? -niego realmente triste

Su cara de preocupación aumenta por momentos, los nervios me tensan , ¿qué le pasará? Jesús , ¿dónde estás cuando más te necesito?

Dulce introducción al caos. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora