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No se como, había llegado a un callejón sin salida, por el aspecto del barrio no parecía un sitio donde pudieras ir con la cartera en la mano... Aunque eso no me preocupaba, siempre he sabido cuidar de mi mismo.

Al cruzar el callejón vi como le sacaban todo el dinero a una tía, bah que se las apañe sola pensé... Es más, esa situación me parecía tan graciosa que me quede en la esquina del callejón escuchando el robo. La chica me sorprendió, no tenía ningún tipo de miedo aun sabiendo que no tenía oportunidad alguna contra ese hombre, como mínimo le debía sacar 10 kilos y aun así no se echaba para atrás, admirable.

Finalmente el atracador consiguió todo lo que quería, al salir del callejón la chica se me quedó mirando y me dijo
- tu que vas tan de chulo con esas pintas de malote ya podrías haber hecho algo más que reírte subnormal- digo con un tono no muy amable, lo cual era normal...

(connor)

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(connor)

-no es mi problema niñata - dije entre carcajadas.

Ella simplemente me miró mal y se fue calle abajo, no me gusto eso habría preferido quedarme discutiendo con ella, me hacía mucha gracia.

Cuando volví a casa ya me dieron la noticia de que ya tenía un instituto en el que acabar mi último año de bachiller, este era mi cuarto instituto, si no fuera por mis notas no me habrían aceptado por ser tan conflictivo pero así soy yo, te metes conmigo y te parto la boca. Así me crié, o eras fuerte y pisoteabas o te acabarían pisando a ti.

Me fui a la cama, sabia que al día siguiente me tocaba hacer muchas cosas para instalarme del todo en nuestra nueva ciudad.

Amor Con Una Pizca De Rebeldía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora