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Fui a casa para explicarle todo lo que pasaba a mis padres,  estaba muy nervioso, mi relación con mis padres no era la mejor del mundo desde que mi hermano se fue de casa, el era mi gran pilar en esa familia.

- Mama papa, os tengo que pedir algo, y antes de darme una respuesta escucharme, esto es muy serio - les dije 

- Que quieres ahora Connor- me dijo mi madre.

- Escucha al chico - dijo mi padre.

- Haber... Tengo una amiga por así llamarla que su hermano abusaba de ella y le pegaba a ella y as su familia, y le acaban de soltar de la cárcel... Ella no puede vivir en su mismo techo, cada día que pasa tiene más miedo y yo lo paso mal... Solo os pido que si puede vivir aquí, somos tres personas y Elena aporta dinero por las clases de boxeo que da... Porfavor, es muy importantes para mi...- les dije.

- Connor por cómo hablas de ella se una cosa, estas enamorado ¿verdad?- era increíble, lo había notado sin yo decirles nada de ella.

- Si, creo que si... - Les dije en un tono apagado.

- Si es por eso, esa chica no puede seguir en esa casa - dijo mi madre. Me tome eso como un sí, mi cara se iluminó de golpe les di un abrazo a mis padres que hasta les hice daño de lo fuerte que apreté.

Al saber eso lo primero que hice fue llamar a Elena para que hiciera la maleta y se viniera para acá.

-¡Elena!  Haz la maleta corre - le dije eufórico.

- ¿¡Te dejan?!- me dijo entre lágrimas - ahora mismo voy enano, te quiero enserio... - Me dijo ella.

- Te voy a buscar, pero date prisa - colge la llamada y salí corriendo hacia su casa.

Al llegar la vi sola y con la maleta en la mano, estaba llorando, lo primero que hizo al verme fue abrazarme y me dio un beso que desconecto mi monte, solo podía pensar en ella en ese momento.

- Tengo miedo Connor, aun fuera de esa casa ¿que va a ser de mis padres?- me dijo

- Tranquila, si pasa algo lo sabremos, y te juro que te ayudaré en todo lo que pueda enana. - Le dije mientras le abrazaba.

- Enano eres lo mejor que me ha pasado en la vida.- me dijo.

- Elena, te quiero. - Le dije

Fuimos para mi casa, a Elena le llamaron y por la expresión que hizo se que algo no iba bien, nada bien. Estaba super pálida, como si hubiera visto un fantasma.

Amor Con Una Pizca De Rebeldía. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora