Cap 10

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Después de que Jules dejara a Natalie de nuevo en la cabaña a cargo de Lisa; regresó rápidamente a casa, pues tenía ciertos asuntos que arreglar.

Al entrar, John parecía estar esperándolo, y eso era lo que menos quería.

—¿Dónde te habías metido?— preguntó serio.

—Estuve con unos amigos— respondió mirándolo desde lejos.

—Con que unos amigos ¿eh?

Julian sintió los nervios de punta y sus manos comenzaron a sudar. Probablemente su cara lo había delatado o John lo había descubierto todo, pero optó por mentir.

—Si... bueno, también tengo ciertas necesidades de hombre, tú sabes— dijo tratando de arreglarlo.

—Bien— dijo despreocupado y volviendo a sus asuntos, cosa que tranquilizó bastante a Julian. 

Subió rápidamente a su habitación y se encerró en ella, para después sacar inmediatamente su celular y buscar aquel contacto.

"Cecile! Podemos vernos hoy?"

Al cabo de unos minutos, ella respondió.

"Claro ¿para qué?"

"Asuntos con papá"

"¿Ahora que sucede con ese viejo?"

"Más bien diría que se trata de mi... pero te lo explico al rato ¿si?"

"Si, cuando tú quieras, sabes que siempre estaré para tí"

"Perfecto, te veo en la cafetería Roxy, en una hora"

Julian se levantó y buscó una chaqueta en su armario, pero solo encontró una de color azul tornasol con letras de colores en el pecho y los brazos; no le daba importancia a la moda, por lo que se lo colocó de todas maneras.

Salió de casa intentando no llamar la atención de John, cosa que fue inútil, ya que se lo encontró por el camino.

Julian condujo hasta el centro de la ciudad y se estacionó frente a la cafetería, bajó del auto y entró al lugar.

Un delicioso aroma a café tostado inundó sus pulmones, pero se limitó a pedir solo un té helado. Y cuando se lo entregaron, tomó asiento en una mesa para dos.

No tardó mucho para que Cecile atravesara aquella puerta, buscando desesperadamente a Julian entre los clientes y sonriendo ampliamente en cuanto lo vio. Se acercó rápidamente, se saludaron con un beso en la mejilla y tomó asiento frente a él.

—¿Quieres algo? Yo invito— agregó con caballerosidad.

—No gracias— respondió con una sonrisa.

Julian bebió un poco de su té y pensó por dónde comenzar.

—Ahora si, cuéntamelo todo hermanito— dijo poniendo sus codos en la mesa y su barbilla entre sus manos, con toda su atención sobre Julian.

—Ya no quiero seguir más en el "negocio" de John.

—Entiendo que es bastante desagradable e inmoral, pero tú eres su único hijo varón, lo que él más quiere es que sigas sus pasos.

—Pero yo no quiero seguirlo— dijo angustiado.

—Tal vez deberías dejarle eso en claro.

—Es obvio que no va a ceder a dejarme ir.

—Será complicado, de eso no hay duda.

—¿Que sucede si me enamoré de una de ellas?— le preguntó Jules hundiendo su cara en sus manos.

Hubo un largo silencio y Cecile tuvo que asimilarlo, nunca lo había oído decir algo así.

—Vaya manera de complicarte la vida— respondió —¿En realidad la amas?

—De eso estoy seguro— dijo mirándola a los ojos.

—Si yo fuera tú, escaparía con ella.

—No creo que sea buena idea, sabes cómo es papá— agregó negando con la cabeza.

—Lo dejo a tu criterio, pero no olvides pasar todo el tiempo posible con ella.

—Te lo prometo— dijo agradecido por sus consejos, a pesar de que no eran los mejores.

Charlaron por unos instantes más, hasta que Cecile se vio obligada a retirarse por insistencia de su pareja. Mientras que Julian decidió quedarse en la cafetería un tiempo más, pensando a solas en cómo solucionar todo.

Business Dog  (Julian Casablancas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora