Cap 11

379 30 5
                                    

Aunque Julian había estado bastante ocupado durante la semana, no dudó en aprovechar un momento en el que John se descuidara de él, así pudiendo hacerle una pequeña visita a su amada.

Los negocios de su padre iban avanzando ferozmente, ganando fuertes sumas de dinero al día y en cierta ocasión logró vender a una de las chicas, el tiempo entre Julian y Natalie se estaba terminando.

-

Con una sonrisa en el rostro, Julian entró a la cabaña y casi inmediatamente se encontró con Natalie y Lisa en la cocina.

—¿Todo bien?— preguntó Julian.

—Todo está perfecto, Joven— respondió Lisa mientras seguía ocupada cocinando.

Julian y Natalie se saludaron con un ligero beso y él tomó asiento al lado de ella.

—¿Que cocinas?— preguntó Julian una vez más.

—Cortes... es carne de venado.

—Excelente, eso me encanta— agregó con énfasis, esperando con ansias probar aquello.

Natalie comenzó a juguetear con una de las manos de Julian, en cierto modo le intrigaba lo grandes que eran y la manera en que sus venas resaltaban. Minutos después, repentinamente dejó su mano en paz.

—Tengo algo para ti— agregó, para después ponerse de pie y trotar hasta su habitación.

A Julian le pareció divertido pero contuvo su risa.

Natalie regresó alegremente con un pequeño objeto entre sus manos y se lo entregó a Julian. Él lo admiró lentamente, se trataba de una pluma de color gris, sujetada por una cadena con cuentitas en la parte superior.

—Es realmente bonito, pero... ¿se supone que deba usarla?— preguntó algo curioso, pues nunca había tenido un accesorio así.

—Exacto, en el cabello— respondió entusiasta.

Julian la tomó y se la colocó del lado derecho.

—Se te ve muy bien— agregó ella, sonriendo al verlo usarla.

—Supongo— dijo con una risa nerviosa —¿Tú la hiciste?

—Si, yo la hice.

—Nunca pensé que te gustara hacer cosas de este tipo.

—Si, aprendí gracias a mi madre— dijo bajando la mirada —Ella solía ser una hippie, se dedicaba a crear pulseras o algo de joyería y las vendía.

—¿Que le sucedió a ella?— preguntó Julian intrigado con un nudo en la garganta.

—En un operativo militar a la salida de uno de esos conciertos, ella fue asesinada... y mi padre fue arrestado, por lo que yo quedé totalmente sola en este mundo— dijo con la voz quebrada.

—Nuestras madres están en un lugar mejor— agregó e hizo una sonrisa fingida.

—En realidad eso espero.

Lisa escucho toda esa conversación y se apresuró a servirles la comida para que pudieran cambiar el tema.

Toda la comida transcurrió de una manera muy amena entre los tres y en ocasiones Lisa hacia ciertos comentarios para romper el silencio. Al terminar, Julian decidió quedarse a convivir con ellas durante un par de horas más, aunque lo único que hicieron fue charlar fuera de casa, mientras admiraban el bosque que los rodeaba.

Cuando la puesta del sol comenzó, Julian supo que era hora de regresar para arreglar ciertos asuntos.

—Regresare pronto, lo prometo— agregó mientras se despedía de Natalie con un cariñoso y prolongado beso.

Cuando él se encontró de nuevo en la mansión, todo parecía estar muy tranquilo. Recorrió los pasillos con la esperanza de encontrar a John en su oficina, pero tampoco estaba ahí.

Regresó a la sala principal y buscó a Maya, cuando por fin la encontró, se acercó a ella.

—¿Sabes dónde está papá?— preguntó extrañado, pues siempre estaba ahí.

—Se fue de viaje— respondió con calma.

—¿A dónde?— era aún más extraño que John viajara.

—Si mal no recuerdo, a Brasil.

Julian trató de pensar algo por lo que John iría a un lugar así y lo que se traería entre manos esta vez.

—¿Sabes cuánto tardará?

Maya tardó unos segundos en recordarlo.

—Una semana.

Aquellas palabras lo aliviaron al saber que tendría lejos al tirano de su padre, al menos por un corto tiempo.

—Gracias— agregó y se dio la media vuelta.

Subió a toda velocidad hasta su habitación y se tiró en su cama, para relajarse un poco o tal vez terminar dormido por accidente.

Business Dog  (Julian Casablancas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora