Cap 13

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Cuando llegaron a casa, Julian la ayudó a bajar del auto.

—Es muy hermosa— agregó Natalie refiriéndose a la mansión, mientras que él la guiaba, tomándola de la mano.

—Vaya que lo es— respondió abriendo la puerta principal, haciendo un ademán para que ella entrara primero.

Dentro era aún más bonito, pero todo con un toque minimalista y colores serios, en ocasiones con un toque de dorado.

La mujer afroamericana no tardó en aparecer, recibiéndolos con una sonrisa muy acogedora.

—Natalie, ella es Maya— agregó Julian presentándolas.

—Mucho gusto— dijeron ambas mientras estrechaban sus manos.

Julian soltó suavemente la mano de Natalie y se acercó a Maya.

—Puedes tomarte el día libre— le dijo amablemente en voz baja.

Maya se llenó de felicidad y sonrió, haciendo notar aún más las arrugas en su rostro.

—Oh, muchas gracias— dijo emotiva —Si no molesta, iré a ver a mis hijos al pueblo.

—Claro, no te preocupes, estaremos bien.

Maya sonrió una última vez, se dio la media vuelta y tomó su propio camino, tal vez hacia su habitación.

Julian regresó al lado de Natalie y pasó su brazo por los hombros de ella.

—¿Te gustan los animales?— le preguntó.

—Si, la mayoría— respondió alzando la mirada hacia su rostro.

—Entonces tal vez te guste ver algo.

Antes de que ella pudiera responder, una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Jules, quien la tomó de nuevo por la mano y la guió hasta salir al patio trasero.

Caminaron juntos entre el césped y la tierra para llegar al lugar favorito de Julian.

—¿Eso es una granja?— preguntó ella, pues no había visto nada igual en persona.

—Preferiría otro término... pero creo que prácticamente lo es.

Algunas gallinas y gallos se encontraban en la entrada del establo, pero se apartaron de ahí al ver a las personas, corriendo hacia alguno de los lados y haciendo sonar sus pequeñas patas al contacto con la tierra mojada.

Ambos entraron y las miradas de los caballos se fijaron en ellos.

—Escoge el que tú quieras— agregó Julian mientras ella soltaba su mano y miraba al interior de cada una de las caballerizas.

Parecía no decidirse por ninguno, aunque dos de ellos llamaron su atención, pensó que solo uno sería lo correcto para que ella montara por primera vez.

—Este— dijo dudosa, señalando a un caballo alazán casi del tamaño de un poni.

Julian no podía creer que ella escogiera tal atrocidad.

—¿Qué? ¡No! Yo solía montar esa pequeña bestia cuando era un niño, por nada del mundo dejaré que tú lo montes— agregó tratando de hacerla cambiar de idea —Esa cosa es el diablo hecho caballo.

Natalie rió ante el efusivo comentario de Julian.

—Entiendo.

Ella caminó de regreso a una de las caballerizas previas.

—¿Que tal este?— preguntó, esta vez señalando a un caballo Hannoveriano de color tordillo.

El animal se acercó y sacó su hocico por entre las rejas. Natalie cuidadosamente comenzó a acariciarlo en su rosada nariz, sintiendo su caliente respiración.

Business Dog  (Julian Casablancas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora