Julian regresó a su habitación y despertó a Natalie moviendo ligeramente su hombro.
—Vamos, tenemos que irnos ya, recoge todas tus cosas— le dijo lo más tranquilo posible —Te espero en la sala principal.
Natalie se levantó y escuchó a Julian bajar las escaleras a toda velocidad, nunca lo había escuchado así, por lo que sintió que debería apresurarse también.
Se dio una ducha rápida y se vistió. Tomó entre sus manos las pocas cosas que tenía y, arreglando su húmedo cabello, bajó para encontrarse con Julian.
—¿Qué sucede?— preguntó ella al ver la casi desesperada acción por parte de él.
—Nada— jugueteó nervioso con las llaves del auto entre sus dedos —Solo... tenemos que irnos.
La tomó de la mano y la guió hasta el pato frontal de la casa, donde el automóvil ya los esperaba con ambas puertas delanteras abiertas.
Los dos subieron a aquel Mustang azul y Julian lo puso en marcha casi inmediatamente.
—¿Amor? ¿a dónde vamos?— preguntó Natalie colocándose el cinturón de seguridad.
—A un lugar que sea seguro para ti.
Natalie suspiró y miró ligeramente a la ventana, para después regresar su vista hacia Julian, quien parecía estar muy concentrado en el camino.
—¿No se supone que estoy segura contigo?
—por el momento, si permanecemos juntos, ambos corremos peligro.
—Es tu padre ¿cierto?
Julian la miró un segundo y soltó aire por la boca.
— si— respondió.
Y, al parecer, después de eso ninguno de los dos quiso abordar el tema. Lo único que tenían en el camino era una que otra pequeña conversación alegre y la radio que sonaba al fondo.
—Tendrás que vivir por un tiempo en México— agregó Julian una vez que se armó de valor, en realidad no era nada fácil dejarla ir.
—¿Qué? ¿tan lejos?
—No hay opción, ahí estarás más segura.
Natalie pareció molestarse, pero en realidad solo procesaba lo que sucedía. Con su rostro recargado sobre su puño, miraba a través de la ventana, melancólica y cansada. En verdad le dolía dejarlo, pues cuando al fin encontró a alguien en su vida, rápidamente se lo arrebataban.
El camino seguía de igual manera, sin nada nuevo e igual de aburrido y lo peor de todo era que ahora el paisaje solo era desierto.
Cuando atardeció, hicieron una rápida parada en uno de los pueblos, compraron alimentos y ambos lo comieron, recargados sobre el auto y mirando a la carretera que era transitada, en su mayoría, por trailers. Cuando terminaron, subieron de nuevo al auto para seguir su trayecto.
Por más de 5 horas, el ambiente seguía siendo desierto, a diferencia de que ahora ya se comenzaban a ver ciertas casas y uno que otro negocio.
—Es tarde — agregó Natalie al ver la oscuridad que los rodeaba y Julian aún fijo en el volante —¿No crees que deberías descansar?
—No podemos quedarnos en un hotel, mi padre puede encontrarnos— respondió.
—Yo no tengo problema en dormir dentro de un auto.
Julian la miró y lentamente salió de la autopista, aparcando el auto en el amplio terreno desolado.
—Bien, podemos dormir atrás— agregó Julian con mucha tranquilidad.
Ambos salieron y entraron de nuevo, esta vez en los asientos traseros.
Julian soltó un suspiro y colocó sus brazos detrás de su cabeza. Y Natalie lo abrazó por el torso, vaya que era muy relajante sentir el ritmo de su respiración.
Juntaron sus miradas por unos segundos que parecieron ser eternos, entonces Julian recorrió la mejilla de Natalie con una de sus manos y después la dejó detrás de su cuello.
Comenzaron a besarse suavemente e iba tornándose apasionado a cada minuto que pasaba.
En aquel perfecto momento, hicieron el amor, entregando sus cuerpos una segunda y última vez.
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Mil disculpas por tardar un poco en actualizar, pues la verdad me compliqué un poco al final del capítulo y creo que quedó arruinado gracias a ello, pero bueno :/
Anyways, muchas gracias a las pocas que me leen y también a aquellas chicas fantasmas que no se atreven a votar ❤️
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Business Dog (Julian Casablancas)
Fanfiction"Sangre en sus dientes, muerte en sus mentes" ese es el lema de la familia Casablancas.