capitulo 5

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Ya era de mañana el sol no estaba, el cielo estaba oscuro y llovía a cantaros, esto podría perjudicar nuestro vuelo y no podemos dejar otro día mas o si no ese asesino se saldrá con la suya. Salió del cuarto, vio a Mamoru en la mesa del comedor estaba tecleando algo en la computadora se veía tan metido en lo suyo que no la oyó. Usagi fue a la cocina empezó a preparar el desayuno, aun llovía y si seguía así el vuelo se retrasaría un día más. Mamoru seguía tecleando ya habían pasado dos horas que Usagi lo había visto en la mesa; ya lo había llamado más de diez veces, pero el pelinegro no la escuchaba la rubia de dos coletas se moría de ganas de ver que tanto hacia en la laptop. Horas después y la lluvia seguía igual o había aumentado y el pelinegro seguía tecleando.

-Que guapo se ve- pensó la rubia parada en la entrada de su cuarto- pero que estupideces dices Usagi Tsukino. Mamoru no está guapo- susurro.

-has dicho algo "Cabeza de chorlito"- Mamoru estaba parado en la entrada de la cocina con un vaso de agua en la mano media vacío.

-No nada-contesto la rubia cerrando la puerta.

- ¡Cree que me veo guapo! - rio Mamoru y se fue a sentar para seguir en la computadora.

Usagi en su cuarto tomo su laptop he hizo una video llamada.

-Hola Ami-chan- saludo la rubia.

-Hola Usagi-chan. ¿Cómo está todo por allá? - le pregunto.

-Bien. Aun estamos en Londres, está lloviendo mucho para acá.

-Si sales cúbrete bien Usagi- le dijo Makoto.

-Y tu ¿qué haces ahí? -pregunto Usagi confundida.

-Es nuestro día de descanso- le dijo la otra rubia acercándose a la pantalla- Hola Usagi-chan

- ¡Mina-chan! Qué bueno que también estas ahí.

-No solo ella también yo tonta- hablo la pelinegra que traía un plato de palomitas- apenas íbamos a ver una película.

- ¡Enserio! Me muero por esta con ustedes y no estar encerrada en esta habitación con el idiota "Cubito de Hielo".

-lo sigues llamando así- rio Ami- oye por cierto hice un nuevo juguete te lo mando a tu casa de España.

-Usagi aplaudió como niña chiquita- Un nuevo juguete; muero por usarlo amiga. Gracias. Sera mejor que las deje para que sigan con su descanso.

-Cuídate amiga. Nos traes unos recuerdos de España- le Dijo Mina acercándose a la pantalla.

-si- contesto la rubia y cerro la laptop.

Usagi decidió dormir un poco ya pasaban de las seis de la tarde y aun no paraba de llover. La rubia estaba desesperada, pero si salió y tomaba el avión lo más seguro es que pudiera pasar un accidente y ella lo único que quería era vengar a sus padres.

Mamoru se encontraba aun en la laptop desde que Usagi le había dicho como habían muerto sus padres se sintió identificado con ella ya que el también perdió a sus padres de la misma forma. El pelinegro se encontraba investigando todo de Kai Nagano, pero lo único que encontraba era su lugar de nacimiento nada mas, ni una solo pista de alguna casa que tuviera en otra parte. Nada.

Ya pasaban de las ocho y no sintió la rubia salir de su cuarto aun estaba enojada y no sabía el por qué. Si, sé que soy frio, también sé que todos los de la agencia me odian por que mis habilidades son mejores, pero eso no me convierte en un idiota. Desde que mis padres murieron decidí encargarme de nuestros enemigos y matarlos a todos para que no volvieran a lastimar a alguien y es lo mismo que hare con Kai Nagano lo matare para que ya no dañe más a Usagi. El pelinegro se levantó de la silla he hizo unos sándwiches para cenar algo y se dirigió a la habitación de la rubia toco una vez después dos veces más y no contestaba nada o abría la puerta volvió a tocar pero nadie salió, checo si la puerta estaba abierta y así era no tenía seguro abrió un poco y la vio dormida ya traía su piyama puesta el short que traía era blanco y la blusa rosa, pero lo que más le llamo la atención al pelinegro no fue su piyama si no fue que la blusa estaba demasiado corta y dejaba ver su estómago bien formado.

-Se ve sexy cuando no está discutiendo conmigo. -pensó Mamoru. Cerró la puerta y dejo la bandeja con el sándwich y la leche en el piso y se fue a su cuarto a dormir.

Paso la noche muy rápido el cielo ya estaba despejado, el sol ya estaba a todo su resplandor Usagi abrió la ventana y lo primero que vio fue un hermoso arcoíris. Sonrió al pensar en el cuento que su papa siempre le contaba antes de dormir.

Hace mucho tiempo una niña de pelo castaño y vestido rosa le gustaba ver la lluvia y siempre que paraba salía el sol y con eso un hermoso arcoíris de colores brillantes. Un día la niña estaba parada viendo en la ventana la lluvia y de repente paro, salió el sol, minutos después a pareció el hermoso arcoíris que amaba ver cada vez que llovía, ese día la niña se puso sus botas de lluvia abrió la puerta de su casa y salió para poder ir al final del arcoíris. La niña camino y camino, pero el final nunca llegaba, sus papas estaban muy preocupados ya que la niña llevaba un año desaparecida. Pero un día la niña se percató que el final del arcoíris ya había llegado por qué voy una hoya llena de monedas de oro y a lado de la hoya había un duendecillo que le hizo una pregunta:

- ¿has venido por las monedas de oro? - la niña asintió con la cabeza- te las daré con una condición.

- ¿Cuál es la condición? - le pregunto la niña acercándose mas al duendecillo.

-Las monedas no las uses para tu beneficio, úsalas para el bien y no para el mal si las usas para el mal las monedas van a desaparecer.

-Lo hare usare las monedas para el bien, las donare a hospitales, te lo prometo señor duendecillo.

-Que jamás se te olvide que Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y, ante todo, en el corazón y en el alma.

La niña se fue de ahí con la hoya de monedas, un año después regreso a su casa donde sus padres la esperaban al llegar y verlos sentados tristes en la sala de su casa decidió esperar un poco para arreglarse y vieran que su hija estaba bien. Toco la puerta tres veces su padre la abrió se sorprendió al ver a su pequeña hija ahí parada cuando reacciono la abraso fuerte, le grito a su esposa para que viera que su hija había regresado. Después de la bienvenida y que la niña comiera algo calientito les conto lo que había pasado durante su viaje, les conto que había llegado al final del arcoíris y que un duendecillo le había dado una hoya llena de monedas de oro, pero esas monedas durante su regreso las empezó a regalar y donar, la niña saco diez monedas de oro y se las dio a su padre.

-estas monedas las guarde para ustedes. Ustedes me han cuidado tanto y se merecen unas merecidas vacaciones.

Los padres sonrieron y la abrazaran durante horas.

Fin

Usagi sonrió al recordar a su padre.

- Un héroe lo es en todos sentidos y maneras, y, ante todo, en el corazón y en el alma. - susurro. Esa frase siempre se la decía su padre y jamás se le olvidara las enseñanzas que le dio y heredo de él.

Mision: AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora