Mision: Amor

capítulo 17

Era de mañana el sol estaba brillando, ya se escuchaban pasos en la oficina de Mamoru los empleados ya habían llegado era domingo eso era raro ya que en domingo no trabajaban. Me levanté asustada si alguien venía y nos veía a si nos  echara a perder todo. Levanté a mi... Realmente no se lo que seamos espero que sea lo que estoy pensando, es lo que más deseo en el mundo ser su novia, después su esposa y tener muchos hijos. Claro eso es lo que yo mas deseo otra cosa es lo que el quiere.

Después de varias sacudidas Mamoru se levantó con el cabello  despeinado, con una mirada hermosa de recién levantado me vio que ya estaba cambiada se levanta, me sonroje al verlo así año que el sonrió.

—te vez hermosa, con ese color rojo en tus mejillas-se burló de mi pero yo me puse aún más roja

—no te burles -le dije viendo hacia la ventana ya más calmada ya que mi corazón empezó a palpitar a mil por hora.

En lo que Mamoru se cambiaba recibí una llamada era ittoki.

—ittoki-kun ¿que paso?

—usagi ya llegaron más espías u gente del gobierno de Japón para detener a Kai Nagano

—perfecto. Ya salimos para arreglar los últimos detalles

—ok. Yo salgo después de la detención. Los agentes españoles ya saben, también ayudaran.

—ok. Ya le dijo a Mamoru.

Ittoki colgó, seguía viendo por la ventana cuando sentí unos brazos reconfortantes abrazandome, después sentí unos besos en el cuello, sentí cosquillas a lo que me quite un poco y me volteo para verlo a los ojos.

—dice Ittoki que ya tiene todo listo. Deberíamos salir de aquí ya para llegara a la casa y decirle a hotaru.- le dije dándole un beso en la boca.

—ok, nos vamos entonces–me tomó de la mano pero yo la quite.

—es mejor no hacerlo–negué con la cabeza.-después todos se enteraran de nuestra misión aquí, por ahora ay que dejarlo así.

—esta bien Usagi.

Salimos de la oficina la única persona que se encontraba ahí era la señora de limpieza la saludé y seguí mi camino. Bajamos por el elevador en la entrada está el vigilante de la noche cosa rara ya que cuando llegué no estaba me despedí cosa que no hizo Mamoru el seguía comportándose tan frío con las personas.

—¿que haremos?- le preguntó hotaru.

—detenerlo-le contestó el pelinegro

—eso ya lo sé pero... ¿cuando?, ¿como?–le volvió a preguntar enfadada

—hoy en la noche, entiende que la logística no se hace en un minuto niñita.

—¿logística? A caso el muy mal nacido tuvo logística cuando mato a Minako-chan. No, ¿verdad?. Ya quiero tenerlo entre mis manos y matarlo.

—dejen de pelear por alguien que no vale la pena.- grite para parar la pelea- hotaru el no morirá ittoki lo quiere vivo.

—¿queee?, Eso no puede ser, por que Diablos el pelirrojo lo quiere vivo.

Yo solo negué con la cabeza y subi a mi cuarto para arreglar los últimos detalles. Minutos después escuche que Mamoru hizo lo mismo los tres estábamos ya cansados de la misión, teníamos tantas ganas de regresar a nuestro país. Me quedé dormida, por completo se me olvidó que en este mundo existía Ren Nagano.

Me levanté, me estire y vi el reloj ya pasaban de las seis de la tarde. Salí del cuarto ya cambiada con el uniforme para la misión, vi a Mamoru con unos planos sobre la mesa de la cocina estaba tan concentrado que no se dió cuenta que estaba observándolo, cada movimiento que hacía, cada mueca que formaba con su cara eran tan hermosas podía quedarme viendolo todo el día. Sus músculos se pensaban con cada expresión que hacía, la concentración que tenía era perfecta tal cual como lo era el, su forma de abrir la boca de sorpresa, su ojos se movían de un la a otro intentando descifrar el papel que tenían enfrente. Sin darme cuenta el ya me están observando con estas maravillosas sonrisas.