HoSeok Y... J-Hope?

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NARRADOR OMNISCIENTE

En la casa de JiMin, la luz de la sala estaba prendida, J-Hope suponía que sería su suegra quien estaba esperando a JiMin así que tenía que entrar o llevar a Jimin a su casa, lo cuál sonó más razonable ya que no quería que su imagen de niño buena fuera rota por él. Algo ilógico si le preguntaban ¡se supone que él era el malo!.

Con JiMin en su espalda, entró sin causar ruido a su casa, subió las escaleras hasta llegar a su cuarto y le quitó los zapatos para que durmiera cómodo, por su ventana observó que la luz de la sala se apagó y fue enconces cuando tomó el celular de JiMin.

Mamá dormiré con HoSeok hoy, no me esperes, estamos en la plaza.

Bien.

J-Hope se adentró al baño, miró su reflejo en el espejo y como era su semana decidió que teñiría aquel cabello aburrido a algo más... Atrevido.

Ya en la cama, decidió quitarle los pantalones a JiMin, al igual que él quedando ambos en bóxer.

La noche era larga, o eso pensaba el pelinegro, quien no había podido dormir desde que llegaron, sin notarlo el cielo ya empezaba a clarear y las imágenes de JiMin bailando tan bien, le hacían sonreír con malicia.

El domingo por la tarde, después de darse un baño cada quien en su casa, J-Hope decide salir en busca de JiMin para recordar las cosas de anoche, o por lo menos lo que él vio y deseó tanto en ese momento.

Al llegar a donde se encontraba el menor lo abrazó por la espalda dando ligeros besos por el cuello, oliendo la fragancia a lavanda y vainilla que desprendía por su baño recién hecho.

-Ya te habías tardado-

Decir que JiMin no había extrañado a J-Hope sería mentir, y no es que le disgustara estar con HoSeok en la cama no, en absoluto, solo que la manera en la que J-Hope lo tomaba con tanta posesividad, deseo, lujuria, le hacían sentir crecer el autoestima.

-Pensé que sería mejor cuando estuvieses sobrio, como ahora-

El miembro ya excitado de J-Hope se restregaba torturosamente en los glúteos del menor, mientras el miembro de éste comenzaba a reaccionar a las caricias deseosas del más alto. Los besos en el cuello por parte del mayor no se hicieron esperar, las respiraciones se escuchaban erradas, los suspiros eran profundos, las miradas cargadas de deseo.

-JiMin, báilame-

La voz profunda, ronca y demandante de J-Hope hizo temblar al menor. No había música, pero en la mente de JiMin se reproducía No lie de Sean Paul. JiMin sentó al más alto en una de las sillas del comedor en el que se encontraban, comenzó a mover sus caderas como la noche pasada, sintiendo de a poco cómo la mirada llena de deseo lo desnudaba, lo excitaba, lo penetraba hasta quedarse impregnado en sus huesos.

A los pocos minutos del baile, JiMin sintió las grandes manos de J-Hope apoderándose de sus caderas, restregándose nuevamente, paseándo libremente por su entrepierna, sus muslos, su entrada, su todo.

El alto lo cargó desde los glúteos haciendo que sus piernas se enrredasen en su cadera, y simulando embestidas en esa posición hizo que el menor jadeara y empezara a desesperarse por la ropa que aún seguía en ambos cuerpos.

-Minie, eres tan caliente-

La primer prenda desapareció y J-Hope empezó a pasear su lengua por cada centímetro de piel que descubría. El menor sentía su ser cada vez más débil, el mayor lo recostó sobre la mesa continuando con su recorrido, saltándose la entrepierna despierta de JiMin.

-Por favor Hope...-

Susurró cuando el activo empezaba a pasear su lengua nuevamente por entre sus muslos, llegando y no, a su entrada y miembro.