Capítulo Veintisiete: La verdad de Matthew

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Capítulo veintisiete: La verdad de Matthew.



25 de agosto, 2015.

Resulta que el a «ahora» se reduce a las 3 de la tarde del día después, en donde no he dormido bien del cabreo que tengo y en donde mi cuerpo protesta por todo el tiempo que pasé en el gimnasio, intentando aclarar mi mente, aun cuando mi mano sigue vendada y mi cuerpo duele un poco.

Matthew y yo estamos en una cafetería, en el cubículo más privado que pueda haber. Él está en silencio jugando con la taza de su café mientras yo relato lo que Nicole me dijo. Termino y golpeo mis dedos sobre la mesa.

—No tengo por qué lidiar con los berrinches de tu exnovia.

—Lo sé. No me gustaría lidiar con ningún ex tuyo.

— ¿Por qué se cree tu dueña? Ella habla de ti como si fueras su creación, como si le debieras el mundo. No voy a juzgarte Matthew, solo quiero saber más sobre por qué tu ex viene a querer decirme todas esas cosas.

Respira hondo, antes de con su taza de café rodear la mesa hasta sentarse a mi lado en el largo asiento acolchado. Soy más una mujer de café, pero en esta ocasión quise probar algún té que me relaje.

—Te dije que fui un niño obeso que sufrió acoso escolar.

—Lo sé, y espero haberte dicho que eso no te hace menos y que esos niños o adolescentes, eran unos imbéciles excrementos de monos.

—Insulto original.

—Tengo un amplio repertorio.

—Lo apuesto—suspira—. Algunas cosas fueron muy horribles. Cada cosa supongo que era un granito uniéndose al montón de tormento y dolor que fui acumulando. Comencé a sentir una de las cosas más feas que pueda sentir cualquier ser humano. Comencé a odiarme a mí mismo.

»Comencé a odiar ser obeso, comencé odiar que mamá siguiera alimentándome. Odié ser bueno en las tareas porque eso lo empeoraba, comencé a odiar a mis amigos porque ellos no tenían que lidiar y sufrir lo que yo vivía. Me convertí en un adolescente lleno de odio. Y odiaba que Nicole me diera su atención porque entonces los otros lo encontraban aún más burlesco y odiaba no querer como novia a la única chica que parecía tan empeñada en tenerme.

—Ella me desagrada, pero admito que el que no le importara lo que el resto decía dice algo bueno de ella—soy lo suficiente sensata para admitir eso, no le quitaré eso.

—Lo sé. Y era mi amiga, nuestras madres se conocían desde hace mucho. Ella también estaba ahí y lo agradezco. Pero no era la chica que yo quería.

— ¿Querías a alguien?

—Sí. Estaba loco por la hermana de uno de mis mayores acosadores. Una chica muy dulce e inteligente— frunce ceño a la mesa—. Así que comencé a hablarle y ella me encantaba aún más. Mi yo de 17 años se enamoró perdidamente de ella. De repente no me odiaba tanto, no odiaba la escuela, no odiaba mi vida ni muchos menos a mis amigos quienes estaban felices por mí.

»Sabíamos que su hermano era un idiota así que estuvimos en una relación secreta. No me importaba realmente, era mi chica.

—Me da un poco de celos como suena eso—finalmente eso lo hace sonreír, besa mi mejilla y luego acaricia el área con su nariz.

—Ahora tú eres mi chica.

— ¿Ah, sí?

—Sí.

Algo más que palabras (#2 Saga InfoNews)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora