Para vos.

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Mi amor, mi vida, mi sueño, mi paraíso.

Ahora estoy haciendo lo de siempre, pensandote.

Rara vez no lo hago, perdón, pero tu perfección no me permite olvidarte.

Intenté eso que llaman dejar de amarte, fallé como un torpe niño y terminé con las rodillas raspadas.

Ahí vas, con ella, siempre con ella.

Nunca verás que yo te amo, nunca lo viste, porque ese día tenías los ojos con lágrimas, lágrimas que yo no provoque y sin embargo, yo sequé.

Enciendo el cigarro, llevo el cuarto en el día y todos por vos.

La luz que entra por mi ventana ilumina el humo que se despide y se mezcla con el aire, como si se besaran.

Así, así quiero besarte, como el humo y el aire, así, mezclandonos hasta no saber qué átomos nos pertenecer individualmente, hasta desaparecer.

Re TratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora