Cubrirlo.

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De poder puedo; pero, él es un chico malo. Entonces porque lo seguía pensando, ya sé  en qué nada bueno resultará .

-Me estas ayudando?

En su leve susurro escuchaba que él menciona, los casilleros están siendo registrados. Parece que no hay escapatoria. Al fin el director se librará de Samuel.

-...

Responder a ello no se daría.

Tomé la evidencia que a él lo incrimina, la guarde en el estuche de mi violín.

Su mirada al alejarme se dio tan confusa, quizá si él viese mis pensamientos entendería el verdadero concepto de confusión.

Caminé muy pausado, al saber que  apresuro el paso.

Entonces escuché la risa burlona del director y de aquel profesor con el que Samuel se ha ido de golpes.

Claro es que Samuel pese a ser un tipo malo tiene las de ganas por ser estudiante y más por ser menor de edad.

-Muy bien (Sonriendo de forma irritable mente sarcástica). Que tenemos aquí, el señor de Luque. El último en la lista pero debió ser el primero.

Diría el profesor con el que Samuel ha tenido problemas, con ese que fue le destruido su pertenencia que deja en el estacionamiento cada mañana.

-Supongo que no encontraremos nada en este casillero, o si? (Diría al alzar de una manera insoportable su ceja izquierda)

Apoyó en tono burlón el director.

Claro es que Samuel la liaría otra vez.

Pero no lo haría: se alejó, permitiría que viesen dentro de su casillero.

Los alumnos aún presentes sabían que ha sido Samuel quien ha destruido aquel carro.

De haber rayado las paredes de la dirección y de haber filtrado desde la oficina del director fotos con una prostituta del profesor.

Los cuadernos caían, la maleta se la destrozaron.

Sin embargo no encontraron absolutamente nada.

-Y bien? Debo estudiar para su prueba mañana.

Respondería Samuel al verme mientras me alejaba.

-Sé que has sido tú, a mí no me engañas!

Pero el profesor de cierta forma se lo ha buscado y esto no quiere decir que justifique a Samuel ya que con todos la tiene enredada.

Samuel tomó los libros y salió escuchando como el director y el profesor se quedó en ese lugar indignados por lo ocurrido.

Salí del colegio.

Al llegar a casa seguía pensando en lo mismo pero lo mejor era olvidar ya que sé que de alguna forma he hecho mal. Sería complicado que esto ocurra...

Finalmente pasé página hasta ya tener las clases preparadas para mañana ya que ahora me toca con el grupo de Samuel en la última hora.

Nueve de la mañana, esperaba en el salón de profesores por la última hora ya que han tenido un tema importante por lo ocurrido ayer.

Esperaría hasta escuchar el sonar del cambio de hora, a las doce, aquella era la última hora en la que el salón entraría.

Al fin era la hora, ayer en la noche había tomado un bote de basura de metal y quemé las pruebas que incriminarían a Samuel.

Seguía sin entender el por qué lo hacía.

-Profesor Díaz, disculpe pero me es difícil llegar a esa nota.

Do-Re-Mío...  (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora