Parte 4 - Momentos de dolor y duda

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Ese fue el momento más doloroso para mi. Jamás imagine tener que decirle a mi amiga que su padre había fallecido. Ver el dolor y la angustia en su cara fue la peor parte.
Cuándo pierdes a un ser humano, aveces duele tanto que es insuperable. Necesitas sólo dar un respiro. Necesitas volver a verlo o verla y oír su corazón latir, sin embargo, ya no está. Las perdidas son grandes.
Una vez perdí a un gato. Él se llamaba Tom. Era el gato más lindo y tranquilo. Pero el día de su partida fue la más dolorosa. Tom ya era un gato muy adulto, tenia una enfermedad y el veterinario dijo que lo mejor sería dejarlo ir. Tomar la decisión de dejarlo ir fue una de las peores. Decirle adiós y ver como la aguja con un líquido ingresaban a su ser me dolió tanto. Pero sin duda, sé que Tom está en una mejor vida y le agradezco por cada momento vivido, y sobre todo por haberse quedado en las noches donde las tormentas me daban miedo.

Hoy entierran al papá de Cam.

Me puse un vestido negro acompañado con una casaca de cuero negra y unos tacones. Le lleve rosas blancas y una tarjeta para ella dónde decia: "Los mejores momentos son cuando tienes a las personas en vida, pero cuando éstas se van, solo deseas sacarlos del cielo para que te den un abrazo, porque los momentos con aquellas personas son inolvidables, porque tu padre es inolvidable".

Llega un mensaje de Alex.

- Hola Rachel. ¿Puedo acompañarte esta tarde al entierro del padre de Cam?
- Claro Alex.
- Paso por ti a la 1. Estate lista y más preciosa de lo que ya andas. - eso hizó que me ponga roja como un tomate -.

-Está bien, no tardes.

-Vale. Lo prometo.

Ya estaba lista, pero no hallaba mis llaves. ¿Dónde estarán?
Debo de comprarles un llavero con GPS a este paso.
Y en ese instante suena el timbre.
¡Rayos! No las hallaba y Alex ya habia llegado. Busqué entre los cogines y al fin las hallé. ¡Urrá para mi!.

Luego, Alex apareció en el pasillo.
Se vistió muy bien. Llevaba puesta una camisa negra con unos jeans negros. Y ya que él tenia sus brazos formados, se podían pronunciar junto a su camisa. Joder. Alex se veía irresistible. Y se acerca a mi.

-Hola Rachel, te ves demasiado preciosa como para ir a un funeral, sabes? - aaaay me derrito -.
-Alex deja de decir tonterías y vamonos que llegaremos tarde por tu culpa.
-Vale. Pero, ¡Alex no miente eh!.

Me echo a reír y respondo:

- Deja de decir estúpideces.- se queda callado y se queda observándome por detrás.

- ¿Qué miras?
- ¿Tenías un tatuaje?
-Pues si. ¿Qué hay de malo con eso? -Mierda, olvide que tenía ese tatuaje en mi espalda -.
-Me encanta, pero por alguna razón el destino quiso que tengamos el mismo, verdad? - ¡¿Qué es lo que acabo de oír?!-.

-Si, lo que oíste. -rayos, leyó mis pensamientos-.

- ¿Dónde lo tienes tú?
- En mi espalda también.
- Interesante. Lo hablaremos luego.
- Está bien.

Subimos al auto y imagino lo que tendré que observar en unos instantes.

Y ahí está ella, llorando desconsoladamente, aún con muchos moretones.
Me acerqué y vino corriendo hacia mi. Me abraza y me susurra al oído:

- Eres la persona a la que más necesitaba y estaba esperando, sólo tú sabes lo dañada que estoy, gracias por venir.
- Denada cariño, aquí estoy para ti.

Le entrego las rosas y la tarjeta. La lee .Cuando finaliza inicia a llorar nuevamente y la abrazo. Alex  viene detrás de mi y también le da un fuerte abrazo de conciliación.

Terminada la ceremonia, me despido y Alex me susurra al oído:

-Usted y yo tenemos un café pendiente, preciosa.

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