- Déjame entrar, por favor.
- ¡Largo!
- No me pienso ir -insistió.
- ¡Que te largues dije!La puerta sonó fuerte y de una patada Alex la abrió.
- No me pienso ir, déjame explicarte.
- No, con eso entendí todo.
- ¿Crees que Ashley enserio me importa?
- No.
- ¿Entonces porqué mierda estás así? -gruñó.
- Te besó.Mis palabras sonaron entre cortadas y solo sentía el nudo de la garganta del que todo el mundo habla, y las lágrimas iniciaron a brotar sobre mis mejillas.
- No tiene porqué importarte eso, entiéndelo. Ella no me interesa. Yo estaba buscándote cuando ella vino y me besó. Y justo en ese momento tú apareciste.
- ....
- Por favor dime algo.
- No puedo.Vino a mi y me abrazó fuerte. Jamás me había sentido tan bien, fue en ese momento, en ese jodido instante en el que me di cuenta de que yo no quería estar alrededor de los brazos de alguien más, porque ahí me sentía protegida.
Oí como su corazón latía desesperado y como sus lágrimas iniciaban a salir.
- Por favor, perdóname -dijo con la voz entrecortada y llena de dolor.
- No puedo -dije.
- No importa quién este, ni siquiera la distancia, yo siempre estaré junto a ti.
- ¿Lo prometes? -dije con los ojos cristalizados.
- Lo prometo.Sostuvo mis mejillas entre sus manos y me dió un beso en la frente.
- Prometo siempre estar junto a ti, pase lo que pase.
Me sentí aliviada.A LA MAÑANA SIGUIENTE
Había algo que me molestaba, era posiblemente su brazo en mi cintura, el sol en mis ojos o la maldita almohada mal acomodada en mi cabeza.
Mmm... la casa olía a rico, olía a comida.
Cuando giré mi cabeza, observé como Alex dormía tan bien, tan pacífico, tan tranquilo y yo quería sentirme así, pero no podía, ya que la comida me distraía.
Y luego mis pensamientos se esfumaron cuando Alex dijo:
- ¿Amor? ¿estás despierta?
- Sí.
- Buenos días, princesa.
- Buenos días feo cascarrabias.
- Mmm.. huele rico, ¿tú has preparado algo?
- ¿Cómo podría si no me has soltado en toda la noche?
- Ja ja ja ,perdón ,eres muy cómoda.
- Ah ¿ahora soy una almohada?
- Eres la almohada más linda del universo.En eso, el teléfono de Alex sonó.
- Hola Juan, ¿qué pasa?
- Bro, ¿vamos al bar más tarde?
- Normal, ¿pasas por mi?
- Claro, paso por ti a las 8.
- Ya.Cortó.
- ¿Qué pasó?
- Saldré con Juan y los chicos más tarde.
- Ah, que bueno.
- ¿Quieres venir?
- No cariño, ese es un momento con tus amigos.
- ¿Enserio?
- Sí, pásala bien.
- Está bien.El reloj marcaba la hora en la que Alex había quedado en encontrarse con sus amigos.
- Adiós cariño.
- Adiós.Y Alex se fue.
Escuché un ruido en la casa de al lado, pensé que esa casa ya estaba abandonada desde hace ya un largo tiempo, pero observé un auto negro estacionado en la pista y a un hombre bajando de ahí con unas maletas en dirección a la casa.
Habían pasado largas horas desde que Alex se fue y yo ya lo echaba de menos. El reloj marcaba las 11:15pm. y Alex no daba señales de vida.
Mi teléfono saltó de la mesa al vibrar y era Alex.
- Ja ja ja que estúpida.
- ¿Alex?
- ¿Quién Alex? No me jodas.
- ¡Alex ven aquí! -se oyó del otro lado de la llamada.
- ¿Con quién estás?
- Mira estúpida, aléjate. Date cuenta que simplemente él no te quiere a ti porque le aburres.Esa voz yo la conocía, era Mía.
- ¿Mía, eres tú?
- Que ridícula te haces ver Rachel.
- Aléjate de Alex.
- Ay porqué si nos estamos divirtiendo con los chicos -chilló.
- ¿Qué?
- Adióooos.Y la llamada se cortó.
Cojí las llaves del auto, ajuste mis zapatillas fuertemente y me fui.En el trayecto la voz de Mía sonaba en mi cabeza una y otra vez.
Llegué al bar en dónde estaban y fui directo hacia Mía.
- ¡Hija de puta! Te llamo mi mejor amiga y así me pagas?
- Lárgate cariño que tú a él no le importas.Alex estaba drogado, pude notar su piel de gallina, sus vellos herizados y sus ojos rojos. Pensé que él había dejado estos hábitos hace un tiempo, pero veo que no.
- Suéltalo.
- Obligame.Me lancé hacia ella y la cojí de los cabellos, jalándoselos fuertemente. Ella me lanzó una cachetada. Y lamentó haberlo hecho porque tengo las manos fuertes y se la devolví peor.
Mi mano estaba marcada en su mejilla y le arañé gran parte de sus brazos.
- Te dije que no lo toques.
Matt se abalanzó hacia ella y la alejó de mi. Observé a Alex con desprecio, furia, odio y enojo y me fui de ahí.
Él quiso decir algo pero lo deje con las palabras en la boca.
Llegué a casa y baje del auto. Decidí caminar un poco pensando en todo lo ocurrido. Mis manos estaban rojas y vibrantes y solo quería paz y estar sola.
Iba caminando cuando de pronto sentí que alguien me seguía.
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Solo búscame
Roman pour AdolescentsDos mundos distintos.Dos mentes distintas. Dos corazones distintos. Pero una sola vida. Rachel, pacífica. Alex, rebelde. Una historia no común. Una historia diferente. Amor. Odio. Aventura. Decepción. Traición. Buscaré llegar de algún modo a tu cor...