Parte 14 - Un vestido, una noche.

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Caminaba con Mia, cuando de pronto observé un vestido precioso en una vitrina de un bouquet.
Me fascinaba, era precioso.

- ¿Lo quieres?
- Pueda que sí.
- Quiero verte ahora con ese vestido, se te verá fantástico.

Ingresamos a la tienda y el vestido era de tonalidad azul como el mar y me recordaba las veces en las que estuve ahí con Alex.

- Pruébatelo.
- No lo sé, ¿y si lo luzco mal?
- Pues entonces el vestido está mal.
- Veamos.

Ingresé al probador y me lo puse. Me quedé observandome de pies a cabeza, pero sentía que los vestidos no eran lo mio, hasta que fui hasta Mia quien me quedó observando en absoluto silencio.

- ¿No dirás nada?
-  ...
- ¿Tan mal me queda?
- Joder, te ves preciosa - dijo asombrada con los ojos como platos.
- ¿Enserio? Porque pienso que soy mala para esto.
- No no, adoro como te queda. ¡Lo luces precioso linda!
- Gracias, lo compraré.

Pagué en el mostrador y fui con Mia a comer un helado.

- Mmm.. delicioso.
- ¡No te creo!

Cojí el helado y se lo embarré en la cara. Ja, ja, ja.. podrían haberla visto. Pero, luego buscó venganza.

- No Mia, ni te atrevas.
- ¿A qué no?

Y ¡plag!, lanzó todo el helado a mi cara y ambas nos empezamos a reír de nuestras caras.

- Eres un payaso precioso lleno de helado Mia -me eche a reír.
- No tanto como tú. Ja, ja, ja.

La noche se asomaba y todo iniciaba.
Me di un baño caliente, me sequé y cojí el vestido del armario. Tome dos tonos de sombras, una plateada y la otra era del mismo tono del vestido, me puse un poco de brillo labial, luego los tacones y ya estaba lista.

Quedé en ir con las chicas en ir al baile de otoño.
Siendo las 8:35pm. el timbre sonó, Camila junto con Mia estaban ahí.

Cuando abrí la puerta se me quedaron viendo.

- ¡Oh por Dios! -exclamó Cam.
- Te ves muy, pero muy bonita -añadió Mia.
- Gracias chicas, pero ustedes no se quedan atrás eh.
- Alex quedará babeando.
- Ja, ja, ja. ¿Nos vamos?
- ¡Vamos!.

De camino al baile me sentía nerviosa. ¿Alex usaría traje? No creo, lo veo imposible. Pero, veamos que sucede.
Cuando entré con mis amigas estaban todos y nos quedaron observando.
En ese instante jamás me había sentido tan observada e iniciaron a acercarse las demás chicas.

Inicié a buscar a Alex.

- Peter, ¿has visto a Alex?
- Mmm.. lo vi por el pasillo hace un rato.
- Gracias.

Cuando iba en el trayecto al pasillo mis piernas iniciaron a temblar y mi mente me decía que no vaya.
Cuando llegué todo estaba en absoluto silencio, cuando de pronto oí la voz de Alex.

- Suéltame, ya entiende que no me importas.
- Pero tú a mi sí, Alex.

Cuando llegué a donde estaba, no estaba solo. Se hallaba con Ashley, y eso no fue lo peor. Ella estaba besándolo.

- ¡Hija de puta! - y ambos observaron en dirección a mi.
- No Rachel, no es lo que parece.
- Ay no le mientas Alex.

Me quite los tacones y me fui de ahí lo más rápido posible.
Salí corriendo del lugar y las lágrimas brotaban sobre mis mejillas.
Llegué a casa, me quité el vestido, puse música y solo abracé a mi almohada en un rincón.

Jamás me había sentido tan abatida, pero sobre todo, jamás me había sentido tan mierda.

Mi teléfono inició a sonar a cada rato- era Alex- pero solo corte.
Oía el silencio y sentía como mis ojos se sentían hinchados y adoloridos.
Sentía como mis manos temblaban, como mis lágrimas brotaban.

Y la puerta sonó.

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