Parte 12 - Contra la pared

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Ya era de noche. Alex y yo quedamos en ver una película.
Se oye el timbre al otro lado del pasillo.

- Hola bonita.
- Hola cariño -y me da un beso en la frente- vas a pasar? O te dejo ahí afuera.
- Te quedas conmigo ah.
- No, te dejo solo -se echa a reír.
- ¿Enserio dejarías al chico que adoras afuera bajo la tormenta que se avecina?
- Pues, déjame pensarlo.
- ¡Amor!
- Dale, dale, ingresa.

Alex y yo fuimos a la cocina por bocaditos para la película. Se oía como el cielo iniciaba a tornarse nublado y como la tormenta venía con fuerza.

- ¿Gaseosa o agua?
- Cualquiera, ambos dan igual.
- ¿Palomitas o snacks?
- El que más te guste.

Subimos hasta mi habitación en el segundo nivel de la casa e ingresamos.

Vimos Scary Movie 3  y nos causó mucha gracia. Me encantaba ver películas con él, sobre todo comedias, echada en su pecho y sintiendo sus latidos, sin duda era mi parte favorita de todo esto.

- Ven -le dije apagando la lap top.

Puse una canción cómoda llamada hey lover  de VILLAGE. La tormenta estaba muy fuerte y se oía con gran profundidad como las gotas caían en mi ventana.

Lo puse de pie e inicié con su frente, le di un beso tierno y sostuve su cuello con mis dos manos acariciándole suavemente su cabello.

Él sonrió.

Inicié a bajar por su nariz, rozando la mía con la suya suavemente. Le dí un  beso en los labios e inicie con mayor velocidad a besarlo. Le mordí el labio inferior un poco suave y suspiró con fuerza.

Su respiración estaba aumentando y sentía como su corazón quería salir, la música lo relajaba y también a mi.

Seguidamente me hallaba en su cuello. ¡Joder!, que bien olía. Amaba eso de él, su aroma tan peculiar y único. Le deje una marca suave en su cuello a la cual calme con un tierno beso.

Le susurré en su oído: mío.

Y su respiración inició a ponerse mucho más alterada e inicio a entrecorse. Lo voltié salvajemente y lo puse contra la pared e inicié a arañar su espalda con mis uñas, primero suave y luego más fuerte. Dejé marcas precisas en su espalda que saldrían solo con hielo.

Inicié a besar poco a poco la curva que se lo formó en su espalda y se sentía muy bien. A lo que él contestó con un pequeño gemido.

Lo giré nuevamente hacia mi, frente a frente me observaba con una mirada tan fuerte y salvaje que jamás había visto.
Él me miró con cara muy provocativa como diciendo: No sabes con lo que te has metido.

Me giró y me puso contra la pared poniéndome delicadamente mi cabello hacia el extremo de mi hombro.
Acercó su cabeza hacia mi cuello y susurró: solo piensa en mi. Hizó que mi espalda se retorciera con su voz tan grave.

Inició dandome besos en toda la espalda y llevándome al climax bajo beso a beso hasta mi cintura.

Sin duda me derretía.

- Dame un poco más en la oscuridad.

Subió de golpe. Pero, en vez de besos usó su lengua, lamiéndome toda la espalda desde la parte baja de mi cintura hasta mi cuello e hizó que todo mi cuerpo vibrará de ganas de él.

A lo que dijo: solo mía.

Me giró hacia él y se oía fuertemente la lluvia que caía delante de nosotros a través de la ventana.
Me cargó y y besó mis hombros delicadamente.

- Siempre tuyo, siempre mía.

Luego de eso, nos echamos en la alfombra con dos almohadas y una manta. Observábamos el techo e iniciamos a hablar de nuestras metas y sueños.

Él soñaba con ser un doctor, un buen doctor, un doctor que cuidará la salud de niñitos, deseaba saber como cada pequeña parte de un ser humano funcionaba.
Para él esto de "cuidar la salud de un pequeño" era importante.

Le emocionaba la idea de ver como un minúsculo movimiento llevaba a algo tan grande como tan solo dar un paso.

Y así la noche pasó y nos quedamos dormidos uno encima del otro.

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