Alaric, un multimillonario que tras la muerte de su mujer Jenna, decide construir la empresa GILBERT. Elena, su hija, será la secretaria de aquella caótica empresa.
Todo cambiará cuando Damon Salvatore se convertirá en socio de la empresa.
Comenzará...
Damon me cogió y me sacó a fuera a que me diese el aire. La verdad que después de vomitar se me había pasado un poco el mal cuerpo, pero podía notar la borrachera dentro de mi.
-Damon, lo siento mucho- intenté decirle. -No te preocupes Elena, esto se lava- intentaba ser comprensivo con la situación. Tampoco era tan malo como pensaba, estaba cuidándome a pesar de haberle vomitado encima.- -Que vergüenza- -No debes de tenerla-
Mis ojos estaban cerrándose porque todo me daba vueltas. Creo que mi boca decía cosas que mis pensamientos no querían.
-Todo es por tu culpa-
Pude notar como Damon se quedó en silencio.
-¿Qué he hecho yo Elena?- -Aparecer en mi vida-
Noté su carraspeo. Creo que no se lo tomó demasiado bien. Tierra trágame. ¿Por qué has dicho eso?
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Elena piensa en.. Mierda Stefan. Estoy aquí y no sabe nada.
Después de descasar un rato y que mi borrachera se pasase, conseguí hablarle de nuevo.
-¿Qué hora es?- intente decirle sin mirarle -Las 6- -¿LAS 6?- -Creo que en 2 horas comienza nuestra jornada laboral-
Me levanté tan deprisa que caí en sus brazos.
-Hey- me dijo mientras me levantaba- venga, te llevo a casa. -¿Dónde esta tu coche?- -No lo he traído, pero te acompaño a la tuya andando-
Me acordé que podía ver a mi padre.
-No, mejor no, no te preocupes.- -Venga Elena, no seas tonta-
Mientras intenté buscar mi movil por el bolso. No lo había mirado desde que habíamos venido.
Elena, ¿dónde demonios estás?. Dentro de 2 horas tienes que estar en la empresa.
Mi padre me había mandado ese mensaje hace 5 minutos. Esperaba que no estuviese en casa, que saliese antes de que yo llegase.
No se que te habría pasado ayer Elena pero lo siento. Te amo demasiado y me duele el saber que estamos mal. Sé que es solo un día, pero no puedo estar así contigo. Te amo.
Puf y ahora Stefan. Estaba echa un lío. Sin más comencé a andar hacia mi casa y Damon me acompañó.
-¿No me ibas a esperar?- dijo riéndose. -No estoy de humor- -No hay quien te entienda- me dijo de malas formas.
Narra Damon
-Todo es por tu culpa-
Eso hizo que mi mirada se extrañase.
-¿Qué he hecho yo Elena?- -Aparecer en mi vida-
No me esperaba esa frase. No pude evitar carraspear. Mi corazón se había puesto a mil por hora. Iba a pedirle matrimonio a Rebekah pero conocer a esta chica habían provocado que mis dudas comenzasen. Damon has madurado, ya no eres un mujeriego, sabes que si pasa algo con ella te acabaras cansando, lo sabes. Después de descansar un rato, al fin me volvió a hablar.
