Alaric, un multimillonario que tras la muerte de su mujer Jenna, decide construir la empresa GILBERT. Elena, su hija, será la secretaria de aquella caótica empresa.
Todo cambiará cuando Damon Salvatore se convertirá en socio de la empresa.
Comenzará...
De pronto cogí mi teléfono y empecé a llamar al número de emergencias. Algo me distrajo, una risa. De pronto miré a Elena y se estaba descojonando de mi.
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-Elena, estoy aquí, venga despierta- mientras me imitaba. Mi cara empezaba a ser de pocos amigos. Se levantó como si nada. -Te he dejado tus informes en tu mesa imbecil. Hasta mañana- mientras empezaba salir por la puerta pero volvió a entrar. - Por cierto, ya van a ser las 6 tic tac,tic tac- mientras me guiñaba el ojo.
Me la había jugado pero bien la cabrona.
Narra Elena
Ya había terminado las facturas y apenas eran las 5. Empecé a pensar e ideé un plan perfecto. El había empezado el juego pues yo iba a continuar con mi jugada. Iba a hacerme la enferma y esperaba que viniese. Empecé a llamarle pero no me lo cogía. No iba a parar hasta que me lo cogiese. Por fin escuché ruido al otro lado.
-Por fin me coges el teléfono- -Qué quieres pesada- -Damon me encuentro fatal- empecé a decir mientras por detrás me estaba descojonando. -¿No puedes llamar a otro? ¿A tu novio quizás?- el plan es que vengas tú, no mi novio imbecil. -En serio Damon por favor, ven, me encuentro muy mal- seguí insistiendo. -¿Pero que te pasa?- era la frase justa para colgar y que se preocupase.
Miré la hora 17:15h. En unos 20 minutos estaría aquí. Empecé a mirar mis redes sociales y quedé con Caroline que a las 22:00h vendría a buscarme de nuevo. Esta vez seria algo mas de relax en el grill, nada de salir de fiesta y volver a vomitar. Recordar ese suceso hizo que me entrase vergüenza de nuevo. Me gustaba el tonteo que estaba planteando con Damon, ya que él me insinuó que no quería ser un juguete cuando no lo era pues ahora lo iba a ser.
La hora ya se acercaba así que deje los papeles en su mesa mientras me tumbaba en ese suelo fresquito. Deje la puerta medio abierta y tenía que darme un poco para que notase que ahí había algo. De pronto escuché el tilín del ascensor así que por si acaso me puse en acción. No era actriz pero si conseguía que este plan funcionase me prepararía para serlo.
Noté unos pasos rápidos y tenía que ser él.
Por fin noté que la puerta me dio en la pierna así que respire hondo y mantuve la calma. Que comience la película me dije en mi mente.
